Novak Djokovic está de vuelta: derrotó a Rafael Nadal por 6-4, 3-6, 7-6 (11-9), 3-6 y 10-8 en 5 horas y 14 minutos y avanzó a la final de Wimbledon, instancia en la que se enfrentará con el sudafricano Kevin Anderson, que superó en un maratónico partido a John Isner, el domingo a las 10 de la mañana de Buenos Aires.
Fue otra batalla entre ambos, protagonistas del partido que más veces se disputó durante la Era Moderna. En su 52º encuentro de una rivalidad convertida en clásico, otra vez brindaron un espectáculo al límite.
Después de la suspensión del viernes por la noche, el primer game fue el prólogo de lo que sería el desarrollo de los últimos dos parciales: Nadal debió levantar dos puntos de quiebre y sostuvo su servicio después de 15 minutos de juego. El español inmediatamente se adueñó del saque de Djokovic y brilló sobre el césped de Londres hasta ponerse 3-0. Djokovic frustrado, cabizbajo y enfurecido, estrellaba la raqueta contra su propio pie pero en un santiamén reaccionó y empató el marcador.
Con el tablero igualado en tres, reapareció Nadal en su mejor versión, incansable e inexpugnable desde la base, y se quedó con el parcial por 6-3. El carácter del manacorí se impuso en los momentos cruciales.
El último set fue infartante. Djokovic levantó dos tie-breaks en el 4-4, tres en el 7-7 y rugió sobre la hierba británica, brazos en alto, dejándose abrazar por la ovación de la multitud. Nadal se escapó de un 0-30 en el 4-5 y sorteó un match point con un revés paralelo sobre el fleje y con un drop que estremeció al público. El serbio se adelantó 9-8 y el español jugó su peor game del torneo, perdió el saque en cero y vio cómo se le escapó el boleto hacia la final.
Fue un partido sumamente parejo en el que igualaron en cantidad de break points, winners, errores no forzados, doble faltas y porcentajes de primeros servicios. La diferencia en cantidad de puntos fue de apenas cuatro en favor del balcánico, que regresa a una final de uno de los cuatro grandes desde su caída en la edición 2016 el Abierto de Estados Unidos frente a Stan Wawrinka.
Djokovic jugará su quinta final en Wimbledon, certamen que conquistó en 2011, 2014 y 2015. El número 21 del ranking, que irá en busca de su 13º título de Grand Slam, es el hombre con ranking más bajo en llegar al último partido en los últimos 15 años. Recuperado de la cirugía de codo a la que debió someterse en enero, Djokovic confirma que está de regreso y que a su leyenda aún le quedan capítulos por escribir.