Antes que se reflejara el caso en los medios de comunicación el viernes 2 de noviembre, Mario Parra ya sabía de la situación. El director del Registro Civil de la Provincia había escuchado a su par mendocino, Enzo Rizzo, exponer la solicitud de una persona de la vecina provincia para que se cambie su DNI, en el que no se especifica si es de sexo femenino y masculino, amparándose en la Ley de Identidad de Género.

Parra reconoció que al principio le pareció "un poco traída de los pelos" la solicitud, aunque luego Rizzo dio argumentos jurídicos que le hicieron ver que cuenta también con fundamentos serios. "Realizó una opinión consultiva a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y también a la Convención Americana, que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico y de la Constitución. Y la opinión consultiva habla que la identidad sexual es una vivencia, en sintonía con la ley de Identidad de Género. Y si bien la ley habla de cambio de género, tampoco obliga a optar por masculino o femenino. Si le buscas la vuelta, jurídicamente puede avanzar", sintetizó Parra.

Si bien aclaró que no se presentó un pedido similar en el Registro Civil local, sí de cambio de género, el funcionario estimó como muy factible que el camino que se realizó en Mendoza, sería el que tome el resto de las provincias, desde lo jurídico.

También está el político. Porque Rizzo expuso el tema en el Consejo Federal de directores de Registro Civil y contó con el voto mayoritario para aprobar la solicitud (entre ellos el de Parra), aunque luego lo consultó también a sus superiores y fue el propio gobernador Cornejo quien terminó levantando el pulgar. Y cada provincia tiene autonomía en este tema. La aprobación en Mendoza marca un precedente y la votación que hubo en el Consejo Federal se toma como una recomendación, para definir prácticas comunes, pero no es una imposición.

Parra afirmó que en una hipotética situación "tomaría los mismos argumentos" jurídicos de lo que ocurrió en Mendoza y también indicó que si rechazara la solicitud, es inevitable que habrá una presentación judicial de la medida. Desde el impacto que provoca esta novedad, Parra agregó que ya lo charló con colegas de otras provincias y resumió el futuro que avizora: "Al final nuestra identidad será la huella digital, si a lo demás lo vamos a ir amoldando a las circunstancias de los tiempos".

 

El primer caso

Si bien se hicieron dos presentaciones en el Registro Civil de Mendoza para solicitar un DNI en el que no se defina si es sexo femenino o masculino, se conoció la aprobación de una de ellas y la persona que recibió la novedad que pretendía es Carolina Gerónimo González Devesa, quien al momento de nacer fue registrada como María Carolina González Devesa. En las entrevistas que le realizaron se presenta como "Caro Gero" (foto).

Tiene 32 años, usa el lenguaje inclusivo y por eso es que dice que su profesión es de "médique", aunque siempre aclaró que no le molesta si le dicen doctor o doctora o le llamen Caro o Gero. Afirmó que la idea comenzó hace dos años cuando quiso hacerse una mastectomía, pero en la obra social le reclamaban el cambio de género en el DNI para avanzar en la intervención, medida que no le gustó porque era volver a encasillarse en algo que no le representaba.