El domingo 5 de octubre de 1975, miembros de la Organización Montoneros atacaron el Regimiento de Infantería de Monte 29, en las afueras de la ciudad de Formosa. Se conoció como Operación Primicia porque así la bautizaron sus ejecutores, debido a que significó el debut del Ejército Montonero. El saldo fue de 28 víctimas fatales (cifra hasta hoy puesta en duda) y unos treinta heridos.
Ocurrió durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, “Isabelita”, cargo al que había accedido luego del fallecimiento, el 1 de julio de 1974, de Juan Domingo Perón, de quien era su esposa y vice.
El objetivo de los atacantes era ingresar al regimiento, tomar el cuartel y apoderarse de su armamento. Participaron unos setenta miembros de Montoneros y constó de varias fases (ver infografía) tres de ellas casi simultáneas.
Contaban con la inteligencia previa de un soldado santafesino llamado Luis Roberto Mayol, quien había sido enviado al regimiento de Formosa meses antes, luego de ser castigado en el ex Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán, Santa Fe. Mayol actuó como un espía infiltrado dentro del Regimiento y fue un informante clave. Además, fue él quien sobre las 16:25 de ese domingo, les facilitó el ingreso a los atacantes, que irrumpieron divididos en siete pelotones de combate.
Pensaron en una operación sin sobresaltos, en la apacible siesta formoseña, pero se encontraron con la inesperada resistencia de los soldados conscriptos de la clase 54, “los colimbas”, que cumplían con el servicio militar obligatorio. Según testigos, los atacantes les dijeron ¡Ríndanse, carajo, que no es con ustedes!” y uno de los soldados -Hermindo Luna- gritó; “Acá no se rinde nadie, mierda” e inmediatamente una ráfaga terminó con su vida. Otros conscriptos, un sargento y un subteniente también cayeron ante las balas y granadas de Montoneros. Las detonaciones pusieron en alerta a unos suboficiales que llegaron hasta una ametralladora ubicada junto al mástil de la Plaza de Armas. En ese momento y luego de apoderarse de menos fusiles de los que tenían previsto, el grupo guerrillero decidió la retirada. Para ello tuvieron que atravesar un sector abierto del predio. Lo hicieron corriendo en zigzag y tirándose cuerpo a tierra, pero el fuego cruzado de la ametralladora y los fusiles de unos soldados desplegados en otro extremo, fueron letales. Doce de los atacantes, entre ellos Mayol, murieron en el lugar. Los que escaparon, algunos heridos, fueron al aeropuerto donde los esperaba el avión para emprender la huida.
Esa tarde, varias patrullas de militares salieron de recorrida por los barrios aledaños y mataron a tres vecinos del cuartel (un policía y dos civiles) acusados de pertenecer a Montoneros. Luego se dijo que no habían tenido nada que ver.
Al día siguiente el senador Ítalo Lúder, a cargo del Ejecutivo por licencia médica de “Isabelita”, dictó los decretos 2770/75, 2771/75 y 2772/75, conocidos como “de aniquilamiento”. El 2772/75 decía entre otras cosas: "…reglar la intervención de las Fuerzas Armadas …a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país”.
Hay quienes afirman que el ataque al cuartel desencadenó el Golpe del ´76, pero otros sostienen que éste ya estaba previsto desde 1974. Lo cierto es que para esa época, fines de 1975, varios países sudamericanos estaban bajo gobiernos militares (Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia, Brasil y Ecuador) a los que se sumó Argentina el 24 de marzo de 1976.