Al igual que su primer discurso frente al Congreso de EE.UU. o su viaje inaugural al extranjero, el debut de Donald Trump frente al púlpito de la Asamblea General de las Naciones Unidas despierta expectativa ya que nadie tiene certeza respecto a los temas sobre los cuales pondrá atención.

 

Más allá de las obvias crisis de Corea del Norte y Venezuela, hay expectativa por ver si Trump se referirá a los episodios donde él ha jugado un rol central, como ser la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París o la investigación del FBI sobre sus posibles contactos con Rusia previo a las elecciones de EE.UU. en noviembre de 2016.

 

El presidente estadounidense igualmente no perdió tiempo en su primera reunión conjunta dentro de la ONU. Este lunes criticó la "burocracia" que paraliza la organización, aunque destacó su "gran potencial" y defendió profundas reformas.

 

"La ONU debe centrarse más en la gente y menos en la burocracia", y buscar sobre todo "resultados", sostuvo Trump en un breve discurso durante una reunión convocada para debatir las reformas que deben llevarse a cabo.

 

"La Organización de las Naciones Unidas fue fundada con metas verdaderamente nobles", dijo tras recordar su relación personal con la institución que veía desde las ventanas de su rascacielos residencial Trump World Tower, de 72 pisos, situado justo frente a la sede de la ONU.

 

Pero "en años recientes no ha alcanzado su potencial total debido a la burocracia y a la mala administración", afirmó el magnate inmobiliario, que en el pasado la denigró como un "club para que la gente se junte, charle y pase un buen rato".

 

Estados Unidos es el principal financiador de la ONU, creada hace 73 años -uno antes del nacimiento de Trump- al concluir la Segunda Guerra Mundial. Contribuye con un 28,5% del presupuesto de las operaciones de paz de 7.300 millones de dólares, y con 22% de los 5.400 millones de su presupuesto de funcionamiento.

 

Pero Trump amenaza con reducir drásticamente esos fondos, lo cual para el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, crearía "un problema irresoluble" para la institución.

 

"Ningún Estado miembro debería cargar de manera desproporcionada con la responsabilidad, ni militarmente ni financieramente", dijo Trump este lunes, sentado entre Guterres y la embajadora estadounidense Nikki Haley.

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