Dos sanjuaninos residentes en España compartieron sus experiencias en un país que vive de forma dispar en su territorio la denominada ‘segunda ola’ de coronavirus y que actualmente está cerca de alcanzar la barrera de los 20.000 nuevos casos por día.
Mientras Rodrigo Facchini en Barcelona deja hoy un aislamiento obligatorio de 10 días y sin poder ir a su trabajo por una disposición gubernamental, Daniel Torrent prácticamente continúa con la misma rutina en Mallorca.
En España, las regiones más afectadas actualmente son Madrid, Barcelona y Castilla. La vicepresidenta primera del gobierno nacional, Carmen Calvo, descartó por ahora el confinamiento domiciliario de la población por el coronavirus y pidió esperar hasta el lunes próximo para analizar el impacto de las medidas actuales adoptadas por las comunidades autónomas mientras sigue en alza el número de contagios y muertes.
En Barcelona, Facchini (28 años de edad y hace 3 residiendo en esa ciudad) ha recibido de lleno el impacto de lo que se denomina la segunda ola. “Recién hoy miércoles, luego de diez días confinado por haber estado en contacto estrecho con una persona que resultó ser un caso positivo, podré salir de nuevo a la calle”, relató el sanjuanino que no podrá reincoporarse a su trabajo. “El gobierno dispuso que vuelva a cerrar parte de la compañía en la que trabajo y yo entro en los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo)”, agregó. Rodrigo trabaja en el área de Recursos Humanos de una multinacional denominada Conforama y hasta que se permita que estén abiertas todas las tiendas nuevamente, él cobrará de parte del Estado el 70% de su salario. “Quieras o no esto afecta emocionalmente, reconoció”.
En tanto, en Mallorca Torrent, reconocido lider de la banda Vandalis, afirmó que por el momento en las Islas Baleares, las únicas medidas que se implementaron fueron confinar determinados barrios, donde la circulación viral es más sostenida debido a que la gente es la menos proclive a respetar la distancia y acatar otras medidas. A Daniel le afectó desde el principio de la pandemia su actividad artística: “Hacer música en vivo sólo está permitido en lugares donde la gente está sentada en mesas, que deben estar debidamente distanciadas entre sí”, afirmó el músico que allá integra la banda ‘In Rock’. “Al estar en una isla, hay una relativa protección. Se mantienen medidas como el toque de queda en las primeras seis horas de cada día, pero siguen abiertos bares y restaurantes, y los chicos van a las escuelas en días intercalados. De todos modos los casos siguen creciendo en el país y habrá que ver si la comunidad toma nuevas medidas”.
En Barcelona, el toque de queda se extendió. Es de las 22 a las 6 y cerraron bares y restaurantes. También cerraron los gimnasios. Rodrigo afirmó que practica Crossfit y que ahora podrá ir al menos a unas clases en un parque, pero aguarda que hayan nuevas restricciones porque el sistema sanitario está nuevamente cerca al colapso. “Por otro lado, hubo manifestaciones porque hay personas que afirman que económicamente no soportan volver a cerrar los negocios y otros que reclaman sus derechos individuales. Algunas de esas manifestaciones terminaron con actos violentos”, repasó.
Para pasar los momentos más difíciles, Rodrigo consideró que era muy importante realizar actividad física para que también repercutiera en lo emocional. Ya en la etapa anterior de confinamiento realizó una rutina prácticamente diaria. “Ahora, aunque sea salir a caminar un poco y tomar sol, ayuda bastante. Quise creer que no se iba a producir esta segunda ola, pero siempre fue una amenaza latente. Aprendí que no hay que tomarse en broma el tema. Pero tampoco entrar en pánico. Lo peor es tener miedo. Lo que hay que tener es sensatez. Si se puede ver a alguien, hacerlo, respetando las normas”, concluyó.
En Mallorca, Torrent también afirmó que asumir el tema con responsabilidad es lo que ayudará a salir adelante a la soceidad: “Veo que hay que apelar a la gente más joven actualmente. Ellos son los que menos idea tienen de lo que está pasando, porque a los más jóvenes no les importa asistir a fiestas clandestinas. Les da igual contagiarse porque creen que no les va a pasar nada. El problema es lo que les pasa a sus familiares. Actualmente está muriendo gente más joven y el problema es que siguen haciendo reuniones sin respetar las medidas adecuadas. Es ahí donde se produce la mayor parte de contagios y cada uno vuelve a su casa. La peor parte se la llevan los mayores. Para salvarlos, depende de los más jóvenes”, redondeó.