La primera en recibir un angustiante y desesperado llamado a eso de las 19,20 del lunes fue Rosa Caballero, su tía: "Me están mordiendo los perros", alcanzó a entender que le decía su sobrina Florencia Ledesma (23), antes del abrupto corte de la comunicación. En pleno ataque de la jauría (al menos 5 animales), "Flor" se las arregló luego para llamar a su único hermano, que es policía y trabaja en Bomberos. Ese joven, Enzo, fue clave en el hallazgo de su hermana casi dos horas después. Avisó en su trabajo y, en el acto, partió en su moto rumbo a Las Lomitas, Albardón, previo a avisar a otros familiares que también se adentraron a pie por los senderos y huellas que trazaron en el campo otros que recorren o se ejercitan en esa zona, a pie, en bicicleta, en moto. Sabedor de esos senderos porque también los transita, Enzo fue el primero en dar con su hermana, con quien no perdía contacto. Y apenas la encontró debió usar su arma reglamentaria para disparar, porque los animales también se le fueron encima, contó ayer su tía Rosa.
"Cuando mi sobrino la encontró, esos perros, que eran como siete, aún se las estaban comiendo", relató la mujer con los ojos enrojecidos. "Jamás vi algo así. Flor tenía puesta sólo su bombacha y estaba toda ensangrentada, estaba toda desgarrada, sobre todo en las piernas y los brazos porque seguro que trató de protegerse la cara", contó la mujer.
"Dame agua", fue una de las pocas palabras que pudo pronunciar Florencia cuando la encontró su hermano, que no demoró en comunicarse con el resto de su familia y sus vecinos para ubicarlos dónde estaba con Flor, ya en la agonía. Con llamadas y los celulares usados como linternas, pudieron cruzar señales en plena oscuridad hasta poder localizar a los hermanos.
"Nosotros llegamos a donde estaban exactamente a las 21,38, armamos una camilla con la campera de Bomberos de Enzo y caminamos como una hora a campo traviesa hasta salir a los fondos de una finca (la New Haven) donde estaba la ambulancia… ahí perdimos un tiempo muy valioso porque se notaba que ella no estaba bien, casi no tenía signos vitales", relató Fabián Vargas, un vecino que dejó de construir un horno en su casa para sumarse a la búsqueda.
Sin embargo todo esfuerzo por salvarla ya era inútil, pues Florencia había perdido demasiada sangre, indicaron voceros del caso.
CÓMO LA RECUERDAN
Florencia Ledesma vivía con sus papás y su hermano policía en la Villa Ampacama, al oeste de calle La Laja en las Lomitas, a unos 3 km de donde la encontraron. Sus familiares y vecinos la recordaban ayer como una joven amable y solidaria, que repartía su tiempo entre sus estudios en la carrera de Administración de Empresas, los quehaceres en su casa y una diaria rutina de ejercicios (caminata y carrera), pues se preparaba para ingresar a la Policía, indicaron. "Todos los días salía a ejercitarse pero como a la hora ya estaba de vuelta", relató su tía.
La bronca por el trágico desenlace era ayer el denominador común entre los deudos y los habitantes de la zona. "Los de Ambiente tienen que sacar a esos perros porque para eso les pagan con los impuestos de uno. Esos animales, así como mataron a mi sobrina, pueden matar a un niño o alguna de las personas que van a caminar o andar en bicicleta por ahí", reclamó la tía de la víctima, indignada.
El caso era investigado ayer por la UFI de Delitos Especiales que encabezaron en el lugar del hecho los ayudantes fiscales Adrián Elizondo y César Recio. Al lugar también llegaron empleados de Ambiente, policías de la seccional 18va, Criminalística, GERAS, que usaron perros y drones. Hallaron evidencia en cuatro posibles escenarios de lucha. También buscaron a esos perros cimarrones cuya existencia no era desconocida por los lugareños. El gran interrogante a resolver ahora es quién deberá responder por el daño letal que causaron esos animales.
Antecedentes: la quinta muerte en 5 años
Renzo Páez (19, foto)
Murió el 27 de agosto de 2017 a causa de las mordidas de su pitbull en el cuello. Padecía epilepsia y fue atacado mientras sufría convulsiones en su casa de la Villa Porres, Chimbas. El perro tenía tres años y fue sacrificado.
Antonia Guevara (97)
Falleció el 29 de agosto de 2019, 20 días después del ataque de un pitbull en su casa del Barrio Santa Rosa, Capital. Había sufrido una fractura expuesta en el brazo izquierdo y tenía tejidos desgarrados en brazos, cara y piernas.
Sahir Peñaloza (2)
El 4 de septiembre de 2019 fue mordido por 9 perros en una finca cercana a su casa en Marquesado, Rivadavia. Murió camino al hospital, por las heridas que tenía en la cabeza y especialmente en su pierna derecha.
Lara Agüero (9)
El pitbull de un vecino la atacó el 13 de septiembre de 2020, cuando iba desde su casa en el Barrio Malimán de Rawson a un almacén. El perro la tomó del cuello y no sobrevivió. El caso impulsó la Ley Lara, ahora en vigencia.
¿El caso se queda sin culpables? Hoy siguen buscando a los perros
El fiscal Francisco Micheltorena, de la UFI Delitos Especiales, aseguró anoche a este diario que, si se confirma que los perros no tienen dueño, la causa será archivada pues no podrán responsabilizar penalmente a nadie. Sin embargo, deslizó que algunos vecinos declararon que posiblemente los animales son de alguna finca, por lo que investigarán a fondo. Los pesquisas salieron ayer temprano a buscar la jauría y por la tarde retomaron las tareas, pero cayó la noche y no tuvieron resultados positivos, por lo que hoy volverán a rastrillar la zona. Según fuentes judiciales, encontraron rastros de varias huellas que indican que los perros se dirigieron hacia el suroeste del lugar donde atacaron a la víctima. Por otro lado, el encargado de la pasera "Lomas del Sol" manifestó a los investigadores que hace poco vio deambular por el campo a varios canes "de una agresividad extrema". Al parecer, los perros se alimentaban en un basural que hay en la zona.