Los dos acusados que tiene el crimen del iglesiano Rubén Darío "Merluza" Quiroga (54) brindaron versiones distintas cuando declararon ante el juez Javier Alonso en la sede de la Segunda Circunscripción Judicial, con asiento en Jáchal.

El magistrado le imputó a Luis Montaño (31) el delito de homicidio agravado por alevosía. Y el mismo a su pareja, Glenda Aciar (23), pero con un agravante más: la relación que mantenía con la víctima, pues según la acusación tenían un romance a escondidas. Ambos, que tienen una hija de 2 años en común, continuarán detenidos, ella en la seccional 28va y él en el Penal de Chimbas.

Rapada. Glenda Aciar se encuentra detenida en la seccional 28va. Supuestamente su pareja la obligó a raparse.

 

¿ACTUÓ BAJO AMENAZAS?

La primera que prestó declaración fue Aciar, el último miércoles. Habló unas 7 horas con la asistencia de uno de sus abogados, Juan Fonzalida. Aciar explicó al juez Alonso que su calvario empezó en los primeros días de mayo pasado, cuando su pareja descubrió un mensaje que le envió Rubén Quiroga. Según su versión, Montaño le quitó el chip, lo colocó en su celular y empezó a intercambiar mensajes con el hombre, haciéndose pasar por ella. Fuentes judiciales indicaron que Aciar se quebró en varios pasajes de la declaración, principalmente cuando relataba los supuestos episodios de violencia que sufrió de parte de su pareja: dijo que le pegaba todos los días, en la espalda, en las partes íntimas, a veces hasta dejarla casi inconsciente e incluso cuando dormía. Y que cada vez que recibía un mensaje de Quiroga el nivel de violencia aumentaba, nunca pudiendo denunciarlo por el miedo que sentía. La joven afirmó que el hombre llegó a golpearla con un cinto y con un rebenque, y que buscaba cualquier mínimo motivo para darle una paliza.

"Ella no tenía acceso a su teléfono, él iba planeando lo que iba a hacer", expresó Fonzalida y agregó que Quiroga le juró a su clienta que "a alguno de los dos voy a matar".

Aciar dijo por otro lado que Montaño fue a comprar nafta en la mañana del viernes 22 de mayo pasado, es decir, afirmó que su pareja había planeado el crimen que ocurriría entre esa noche y la madrugada del día siguiente.

"Puso la botella de nafta en una mochila y le dijo que tenía que hacer todo lo que él le dijera. Él ya lo había citado, haciéndose pasar por ella", sostuvo el abogado de la chica, quien en la misma línea explicó al juez que esa noche, alrededor de las 23, fue obligada a ir al encuentro con Quiroga, en una zona de lomas cercana a su casa en inmediaciones de Ruta 150 y Tiro Federal, en Rodeo.

Aciar relató que Montaño sorprendió a la víctima desde atrás y que le dio un fierrazo en la espalda y otro en la nuca. Que luego filmó el cuerpo y que lo llevó junto a la bicicleta a un lugar cercano donde había ramas y cubiertas, que roció nafta, que quemó todo y que la obligó a ella a mirar cómo su amante se carbonizaba. Y que luego recolectó los restos (pedazos pequeños de huesos y partes de la bicicleta), los arrojó en el pozo negro de la casa y les tiró cloro.

Montaño trabajaba en Veladero y a los días siguientes le tocó subir a la mina. Antes de eso "le seguía pegando y le decía que era una p…", afirmó el defensor, quien además contó que esos días la hacía salir por la noche en ropa interior a la calle, "a modo de castigo por serle infiel", y que sólo podía entrar para darle de mamar a la bebé, de 2 años.

Mientras estaba en Veladero -según declaró Aciar-, Montaño la obligaba a enviarle fotos cada 10 minutos y videos cada una hora, incluso algunos con contenido sexual. También la obligó a cortarse el pelo y la instruía para desviar el trabajo de los investigadores que buscaban a Quiroga, indicó.

Cuando la Policía llegó a la casa, el viernes 16 de junio (los pesquisas de Homicidios tenían el dato de que algo había pasado en ese lugar), Aciar se quebró y confesó lo que había pasado. También les describió el arma homicida y les dijo dónde la había descartado su pareja, en un callejón cercano.

"Ella tenía miedo de que la matara, el plan de Montaño era matarlo a Quiroga y después a ella. Aciar nunca tuvo voluntad, era una herramienta de su pareja, la tenía como un objeto, la usó como un anzuelo", concluyó Fonzalida.

 

Defensa. Luis Montaño se defendió ayer ante el juez. Igualmente le imputaron el delito de homicidio agravado por alevosía.

 

¿SÓLO PARTÍCIPE?

En la otra vereda, ayer fue el turno de Luis Montaño ante el juez Alonso. También realizó una extensa declaración que culminó en la tarde-noche. Según trascendió por fuentes judiciales, el sujeto, defendido por María Filomena Noriega, afirmó que actuó bajo órdenes de su pareja, Glenda Aciar, a quien acusó de haber ideado el plan para matar a Quiroga. Y reconoció que ayudó a la madre de su hija a esconder el arma homicida y a deshacer pruebas, pero siempre bajo instrucciones de la chica, comentaron fuentes cercanas al caso. "Dijo a grandes rasgos que ella hizo todo, que él solo actuó como partícipe del crimen por órdenes de ella, que ella lo llevó a hacer todo lo que hizo", aseguró un vocero.

El delito que le imputan a Montaño y a Aciar se castiga con perpetua. Ahora el juez Alonso aguarda los informes finales de todos los peritajes, claves para ayudar a dirimir entre las dos versiones que brindaron los acusados. Mientras, ambos continuarán detenidos. Las defensas no descartaban pedir las excarcelaciones.

La investigación está al frente del juez Javier Alonso.