Por: María Inés Montes
Este año se lleva a cabo la cuarta edición del programa Aprender a Emprender donde participan muchas escuelas y establecimientos educativos de San Juan. Es un programa en el cual los alumnos crean, organizan y operan una compañía en el mercado real en el cual están insertos y del que forman parte. Esta educación emprendedora entrena a jóvenes, no solo en el armado de planes de negocios, sino que los alienta en el desarrollo de mentes ágiles, abiertas y colaborativas con el interés de llevar adelante su propio desarrollo y así cuentan su experiencia los alumnos de sexto año de economía de la Escuela Modelo. Lo implementa al programa, en una etapa y bajo una metodología, donde los estudiantes establecen procesos de identificación y aprendizaje desde el establecimiento educativo. Los 22 alumnos estaban en la hora de Administración terminando el producto que presentaran en la feria que se realizará en la Peatonal, el 28 de septiembre y donde estarán todas las escuelas con los productos que generaron a través del Aprender a Emprender.
La empresa Tinagus
Fueron seleccionados cuatro alumnos para contar en qué consiste su trabajo como emprendedores. Juan Pablo Milán, Lucía Bustos, Carla Sanguin y Micaela Moreno. Cada uno tiene un rol dentro de la empresa al igual que el resto de los alumnos. Tinagus surge por un primo de Juan Pablo que tiene autismo, su nombre es Agustín por ello fundaron la empresa con su nombre al revés. "La idea era crear algo para facilitar su aprendizaje sin que pierda la niñez y la etapa divertida que es jugar”, aclara Juan Pablo Milán que es el director general de la empresa, entonces comienza contando que los directores de cada área participaron de charlas de capacitación de diferentes índoles ya que Junior Achievement les exige llenar formularios donde cada alumno tiene su rol dentro de la empresa que van armar, además luego somos sometidos a auditorías para saber el proceso del producto. Agrega que cuando realizaron la red de capitalización, que está integrada por Juan Pablo Milán, Joaquín Zunino y Josefina Dománico experimentamos la cantidad de escuelas participantes y nos llamó la atención las de zonas alejadas del gran San Juan que son agrotécnicas y se especializan en la elaboración de alimentos, encontramos cosas novedosas como por ej. un shampoo sólido, un alimentador de perro automático y otros que son destacables. Para poder armar el organigrama de nuestra empresa, hicimos una actividad donde cada uno resaltaba sus fortalezas y debilidades, luego en base al orden que nos da Junior Achievement, realizamos las postulaciones para cada área. En caso que hubiera dos en una misma postulación, realizamos una votación en base a sus propuestas y elegimos entre todos.
"Balu”
Este proyecto está realizado por 22 alumnos de Economía y 3 alumnos de Naturales. En nuestro caso el juego didáctico tiene como objetivo la inclusión, el desarrollo del aprendizaje de los chicos con autismo (TEA) y también pueden utilizarlo niños de 4 a 6 años. El nombre del juego es "Balu” y consiste en 4 tableros de juegos interactivos y didácticos, que contiene actividades tales como juego de memoria, asociación de números y cantidad de objetos, aprender las emociones, ordenar de menor a mayor y aprender a escribir.
"En la etapa inicial del proyecto tuvimos mucho trabajo de investigación con profesionales especialistas en capacidades diferentes y maestras DAI, ellos nos nutrieron de conocimiento. Además, participamos de una maratón benéfica para chicos con autismo, creando encuestas que los padres, familiares, profesores y todos aquellos que se vinculan con ellos lo completaron con datos que podíamos utilizar para nuestro trabajo, esto fue antes de crear el producto para saber si era viable”, aclara Carla Sanguin.
Todo comenzó como una aplicación en una plataforma, pero luego lo cambiamos con el propósito de que los niños no estuvieran frente a una pantalla. Ya que, en realidad nuestro producto es para la primera infancia, además de contar con el apoyo y supervisión de mi madre que es psicopedagoga, agrega Lucía Bustos.
Una vez que creamos el producto lo evaluó, el psicopedagogo del colegio Marcelo Vega y una maestra DAI, Carla Rodríguez, que viene al colegio por un chico con síndrome de Asperger, para recaudar información desde su punto de vista.
"En cuanto a cómo creamos el juego, fuimos a la UCCuyo, que tienen un área específica llamada, laboratorio de juegos, allí nos ayudaron a crear las instrucciones y a la realización del juego, qué cambiar y agregar para que sea un juego en serio”, explica Micaela Moreno.
"El prototipo de juego lo tenemos listo, ahora estamos en la etapa de producción en serie para vender. La promoción formó parte del marketing del producto que está en las redes sociales, además, en un stand frente al colegio, de ese modo lo podrán conocer otros padres, docentes, niños y público en general para aportarnos su mirada. Esta experiencia de emprender nos sirvió porque pudimos aplicar todo lo aprendido desde 4¦ año hasta ahora en la parte de administración de empresas, toda la teoría está volcada en este proyecto. Además de servirnos para el futuro”, explican Micaela y Carla.
"Una vez que emprendimos y luego de un largo camino tuvimos muchas caídas y decepciones, es entonces cuando te acuerdas de los consejos dados por los profesionales expertos de Junior Achievement, de seguir adelante y no rendirse”, cuenta Lucía Bustos.
"Es realmente una visión previa de esa empresa que soñamos armar de grandes”, dice Juan Pablo.
"El foro de emprendedores también hizo un gran aporte a nuestros conocimientos, aprendimos que es emprender, generar un producto o un bien o servicio. Ser capaz de detectar un problema en la sociedad y crear algo para dar solución da una satisfacción grande”, dice Micaela Moreno.
"Mantener el orden dentro de la empresa es lo que más nos costó, ya que somos adolescentes sin experiencia, encontramos gran diversidad de pensamientos y opiniones. Este proyecto antes de iniciarlo fue sometido a varias votaciones y supervisiones, primero del colegio, los profesionales especializados y profesores que nos rodean. El colegio nos contuvo mucho por ejemplo nos compraba acciones, incentivaba a continuar”, acota Carla Sanguin.
"El cierre final del proyecto es vender todos los productos, devolver las acciones que compraron ya sea externos o internos y darles un porcentaje de ganancias si es que lo hay,” finaliza Lucía Bustos
Romina Álvarez Profesora de Administración y Proyecto tecnológico
"Esta experiencia enriquece a los chicos ya que propicia la exploración del mundo del trabajo y de los negocios, se relacionan con las personas que ya conocen, reconocen o descubren su red de contactos, generan nuevos vínculos y asumen riesgos. Aprenden como trabajar colaborativamente, tomando decisiones y aportando a un objetivo común. Y, una de las capacidades que ponen en juego todo el tiempo es la resolución de problemas. Nuestra Institución busca la formación de una persona de manera integral, y este tipo de actividades son valiosas para el desarrollo de valores como la responsabilidad, el respeto, la comprensión y la voluntad”.
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