Seguirá preso. El juez de la Sala I de la Cámara Penal, decidirá ahora si acepta o no el juicio abreviado. Si lo hace, por ley, no puede imponer al acusado un castigo mayor al acordado.

 

 

La verdad se supo el 20 de abril de 2017, por la mañana. Ese día, el obrero le pidió a su hijastra, entonces de 14 años, que fuera hasta la salita de primeros auxilios cercana a su casa en Pocito, para saber si estaba embarazada, pues la niña le dijo que no menstruaba y le pareció haber sentido movimientos en su abdomen. Eso sí, le recalcó que mintiera y dijera que había tenido relaciones con un compañero de escuela. Pero la chica no supo mantener la farsa y dijo la verdad. Y esa verdad llegó enseguida a la madre y el mismo día a la Justicia, con una denuncia en el ANIVI.

Y pronto también el obrero, hoy de 51 años, terminó preso, muy complicado por las pruebas que lo posicionaban como único responsable de los graves ultrajes sexuales y las múltiples violaciones contra esa niña, desde que tenía 11 años.

Ayer, en un juicio abreviado, el acusado (no identificado para preservar a la víctima) admitió su autoría en los terribles delitos contra su hijastra. Y ante el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Juan Carlos Caballero Vidal (h) ratificó el acuerdo firmado con su defensor oficial Marcelo Salinas y la fiscal Marcela Torres. En ese pacto, acepta que le impongan 16 años de cárcel.

El procedimiento especial destinado a las víctimas de abusos sexuales había revelado detalles conmovedores. Como que la niña siempre soportó los embates porque temía que su familia de desintegrara y por una razón de mayor peso: la violencia del dueño de casa, que hasta le provocó un tajo en la frente golpeándola con un vaso de metal.

La investigación demostró también el nulo papel que ejercía en la casa la madre de la niña, quien intentó tergiversar la realidad en favor del acusado. Según el expediente, cuando la llamaron a declarar dijo que ya le parecía que una situación así ocurría, porque su hija se vestía con ropa corta y provocativa, que se le insinuaba a su pareja y que hasta había protagonizado escenas de celos con su hermana de 12 años.

La entrevista a la niña reveló en cambio que la mujer mentía y que la niña estaba muy destruida psicológicamente a causa de los ultrajes sexuales.

¿A la otra hijastra?

Durante la investigación de los ultrajes sufridos por la niña que tenía 14 años, surgió la posibilidad de que el acusado hubiera comenzado por lo menos a manosear a su otra hijastra, de 12 años. Por eso el fiscal Carlos Rodríguez pidió que se iniciara una investigación para confirmar o no ese delito.