El ciclista argentino Eduardo Sepúlveda (Lotto Dstny) se adjudicó ayer la 37ª edición de la Vuelta a Castilla y León tras asaltar el liderato en la segunda y última jornada, una etapa de montaña de 186,2 kilómetros disputada entre las localidades de Coca y Segovia, con los puertos de Navacerrada (1ª Cat.) y Navafría (1ª Cat.) como dificultades montañosas.
Sepúlveda aventajó en la línea de meta al hasta ayer líder, el alemán Félix Engelhardt (Jayco-AlUla), tercer clasificado en la etapa, al que le sacó 26 segundos en la etapa y 14 en la general.
El chubutense, confió al final de la prueba que lo nominaron de último momento por la lesión de un compañero. “Me trajeron a la carrera cubriendo una baja de un compañero así que ni siquiera contaba con estar aquí. Correr y ganar esta carrera es algo que no me puedo creer. La última subida fue dura por el ritmo del Education y la bajada un poco técnica al principio con la carrera mojada. Cepeda atacó muy fuerte y los últimos 30 kilómetros fueron de ataques. Creo que tuve un poco de suerte y encontré el momento adecuado”, valoró Sepúlveda.
La primera fuga del día, bajo una torrencial lluvia la protagonizaron Jetse Bol (Burgos-BH) y Eugenio Sánchez (Kern Pharma). Cuando los neutralizaron, atacó el ecuatoriano Jefferson Cepeda (faltando 46 kilómetros). Llegó a tener 50s sobre el entonces líder Engelhardt (Jayco-AlUla), quien con su equipo logró neutralizarlo faltando 20 kilómetros.
A la altura de Torrecaballeros, faltando diez kilómetros, el español Pablo Castrillo (Kern Pharma) y el argentino Eduardo Sepúlveda sorprendieron al pelotón.
Y, ayudados por las numerosas rotondas, llegaron con 26s de luz.
