
En la tierra del Gran Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento, se sabe que la educación es un área fundamental para el desarrollo de la provincia y el país. Es por eso que las escuelas son bastiones de civilización, contención social y formación de personas en la cultura del trabajo. En ese sentido, a medida que se va alejando del centro de San Juan, la tarea de las comunidades educativas se hace cada vez más compleja, con realidades difíciles en lo social y económico. Sin embargo, hay algo que se puede palpar en la atmósfera. Es el amor que demuestran quienes trabajan por los niños, la vocación profesional de docentes y el tesón del personal de servicio para dejar todo limpio y en orden. Se nota ese espíritu de familia en la comunidad educativa. Un ejemplo de ello es la Escuela Benito Lynch, del distrito Astica, en Valle Fértil. Se trata de un pueblo que no llega a 2.000 habitantes repartidos en ese inmenso campo. En ese lugar está esta escuela, donde trabajan 29 personas, entre ellos 9 docentes especiales y 6 maestros de grado, que brindan educación a unos 90 alumnos. Una de las premisas fundamentales "es enseñar a los chicos el valor de la cultura del trabajo. Que todos egresen de la escuela primaria, sabiendo hacer algo productivo, que luego puedan desarrollar al seguir los estudios secundarios y que puedan ser emprendedores en sus vidas”, dice su directora, Mirta Elsa Tejada, quien además es nacida y criada en esa tierra vallista.
Y, esa cultura del trabajo en la que se forman los chicos de esa escuela de jornada completa, se manifiesta en una educación de calidad, donde reciben enseñanza de 9 especialidades desde primer grado, entre ellas Teatro, Educación Física, Artes Visuales, Industrialización. Aprenden a elaborar conservas, dulces, jaleas de membrillo, durazno, sidra, naranja, es decir, todos productos de la zona. Mientras que en la cocina aprenden a elaborar ensaladas, bizcochuelos, salsa de tomates, entre otras producciones. Ya en la parte de granja, los chicos aprenden no sólo a cuidar los animales, sino a cómo armar una granja con distintas especies de animales. Es así que en la escuela se ven conejos, ovejas, pollos, gallinas. Todos en sus lugares correspondientes, monitoreados por profesores. Es que la escuela Benito Lynch y sus maestros son luz de la educación para las futuras generaciones de adultos, en un pueblo que está lejos de las luces de la gran ciudad.

Para donaciones
Siempre es importante apoyar a las escuelas. En la Benito Lynch, de Valle Fértil, los chicos esperan recibir donaciones de calzado del número 26 al 40, pelotas para practicar deportes como handbol, fútbol, vóley y básquetbol y material didáctico.
Por José Correa DIARIO DE CUYO
