La Unión Europea dictó una medida ecológica de gran trascendencia que no ha tenido mayor repercusión en el mundo, para controlar una de las mayores amenazas de contaminación como son los plásticos llamados de un solo uso. Desde el pasado 3 de julio todos los países miembros están obligados a prohibir la fabricación y comercialización de artículos plásticos, desde envases de poliestireno a vajillas, sorbetes y botellas descartables, entre otros elementos de ese material que no se recicla, o se descompone en pequeñas partículas en la tierra o en el mar.

Se trata de una directiva aprobada en 2019 con el objetivo final de lograr un modelo de economía circular de manera que los plásticos que se sigan usando puedan ser reutilizables en 2030, para lo cual las naciones de la comunidad tienen que disponer de las medidas para cumplir con este compromiso que involucra a grandes empresas, como las tabacaleras quienes afrontarán multas millonarias si no cambian la matriz productiva.

La industria del cigarrillo emplea en los filtros acetato de celulosa, un polímero que se descompone muy lentamente, tal vez en 100 años, y en Europa se tiran a la basura alrededor de 4,5 trillones de colillas de cigarrillos anuales. Otros que están en la mira son los fabricantes de bolsas oxodegradables, publicitadas como biodegradables, pero en realidad se descomponen en microplásticos cubriendo amplias superficies.

Las botellas de plástico también están sentenciadas porque los países miembros deberán recuperar el 90% de esos envases en 2029 y los fabricantes de aparejos de pesca tendrán que asumir los costos de la recuperación de redes perdidas en el mar. Los controles serán severos como las medidas punitivas. Italia y Bélgica introducirán un impuesto al plástico a fin de desalentar el uso de este peligroso elemento.

Como el acuerdo se cerró antes de la pandemia, la UE ha excluido de la prohibición del plástico de un solo uso al material médico y hospitalario cuyo uso y desecho se estima hasta ahora de unas 170 millones de toneladas, por lo que crecen los reclamos para reemplazar el material con el que se fabrica este equipamiento y los diferentes gobiernos buscan las reformas para regular el plástico desechable de la crisis sanitaria. La política ecológica de la UE debe ser un ejemplo a seguir en todo el mundo.