Hay quienes dicen que las decisiones son producto de uno mismo. Para otros, en cambio, la decisión es producto de la circunstancia. Esto último parecen pensar aquellos que estudian detalladamente la evolución del riesgo-país argentino. ¿La razón? Señalan que a pesar del optimismo declarado desde el Banco Central, en última instancia el ritmo de descenso de las tasas de interés, que cruzó el piso del 60%, estará supeditado a la medición doméstica del índice EMBI que mide JPMorgan.
Numerosos analistas consultados coinciden en que más allá de del equilibrio entre la tasa y el dólar que busca el BCRA, lo más importante para los inversores pasa por que se pueda lograr una sustancial reducción del riesgo-país desde los actuales niveles; ayer se ubicó en los 724 puntos básicos. Entienden que si esta marca se contrae, entonces esto significa que el costo de financiamiento se reduce y Argentina recuperaría así el acceso al crédito voluntario externo a la mayor brevedad, aún cuando durante 2019 las necesidades financieras ya estarían cubiertas por el acuerdo con el FMI.
Para Federico Furiase, analista de Eco Go, “todo parece indicar que la tasa de interés requerida para cumplir con el programa monetario (con bancos que no tienen otra que ir a Leliq dado el aumento en los plazos fijos y el racionamiento del crédito) es más baja que la tasa requerida para que los grandes jugadores se queden en plazo fijo y no vayan al dólar”.
En un artículo, Furiase sentenció: “Todo parecería indicar que no sobra nada de espacio para que el BCRA acelere la baja de tasa y que las tasas implícitas de la curva de futuros de dólar se acoplen sin un corrimiento en el tipo de cambio spot que arriesgue la pax cambiaria y la estabilidad de los depósitos a plazo que fondean las Leliq”.
Para Agustín Bahl, director de MT Capital, “los niveles de tasas que se pagan en el mercado doméstico por un depósito a plazo fijo son el producto de las compensaciones que son necesarias por el rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU., el riesgo-país y las expectativas de devaluación”.
Señalan que el ejercicio que debe tener en mente el inversor pasa por testear el margen de ganancia de capital estirándose a lo largo de la curva de bonos en pesos por compresión de tasas (efecto duration) vs el riesgo de un rebote del dólar desde la banda inferior (efecto tipo de cambio).
Un ejercicio teórico que propone Furiase es que la potencial ganancia de capital por una compresión de tasas de 500 puntos básicos (con una tasa Leliq que pase de 60% a 55%) para un bono en pesos con duration 3 sería totalmente compensada con el recorrido teórico que podría tener eventualmente el dólar desde la banda inferior al centro de la banda.
En Delphos Investment avalan esta línea de pensamiento. Señalan que al realizar un análisis de las diferentes alternativas de inversión en moneda local, los bonos que ajustan por inflación son los que mayor atractivo presentan en la actualidad. Esto es así porque los rendimientos reales de los bonos en pesos que ajustan por CER se encuentran entre 8,8% y 11,4%.
Sin embargo, al contrastar los rendimientos reales de la curva en pesos argentinos con los rendimientos reales de la curva en dólares, el spread es bajo. Al analizar por ejemplo el rendimiento real del Global 2019 con el rendimiento real ofrecido por la curva soberana en dólares, según la consultora se obtiene un “dólar breakeven” entre $39,6 y $38,7 a febrero de 2019.
“Esto implica una distancia del tipo de cambio a la banda inferior de entre 4% y 1,8%, para una amplitud del 30% de la “zona de no intervención”. Hoy nos ubicamos a un 3,4% de la banda inferior. De esta manera, creemos que el ritmo de descenso de tasas en pesos estará condicionado por la evolución del riesgo país”, sostienen en Delphos.
Fuente: ambito.com