Este fin de semana llega la obra para reír a carcajadas, "Rotos de amor", la comedia más emotiva del año en plena gira nacional al Teatro Sarmiento. Esta pieza, que clausura la temporada 2019 de Fundación Protea, es protagonizada por Víctor Laplace, Osvaldo Laport y Hugo Arana, con la actuación especial del legendario Pepe Soriano. La puesta, basada en la dramaturgia de Rafael Bruza y dirigida por Andrés Bazzalo, marcó un éxito en la Calle Corrientes con una divertida historia que habla del amor y de los desencuentros.
En la previa de la función, un histórico como Hugo Arana dialogó con DIARIO DE CUYO sobre su visión respecto a las relaciones actuales, los vínculos sociales y el lugar que ocupa el teatro como catalizador de los conflictos humanos.
– ¿Con cuánta profundidad pueden tratarse los "males de amor" en esta comedia?
– Esta obra es magnífica. Los diálogos son complejos, muy ricos y algunos muy sensibles. Para nosotros es una alegría inmensa hacerla, es una verdadera fiesta. Cada uno de los personajes varones tiene una cuestión que no pueden resolver sobre el amor de pareja. Son cuatro caballeros que se tratan de usted, unos visitadores médicos que hablan de manera muy formal. De alguna manera, muestran las ilusiones, los anhelos, las frustraciones, las repreguntas sobre qué pasa con el amor. Es muy colorido el espectáculo.
– ¿Qué conflictos tienen estos hombres?
– No voy a contar mucho porque se sabría que el mayordomo es el asesino (bromeaba) pero sí, tienen enfrentamientos y encuentros entre ellos. El cierre es muy bueno y emotivo.
– ¿Qué le genera convivir con Víctor, Osvaldo y Pepe en el escenario?
– Es estupendo, estar con estos adolescentes me llena de mucha motivación, los veo entusiasmados y me entusiasman a mí. Se armó un equipo profesional, responsable y listo para salir a jugar cualquier partido.
– ¿Las parejas pasan por crisis sin salida en la sociedad actual? y ¿cómo capta dicha realidad el teatro actual?
– El teatro sigue siendo un espacio de reflexión en el que se tratan muchos temas, pero el amor es uno más. El teatro permite la expresión, el pensamiento. Es un lugar de preguntas. Creo que el teatro no está para resolverle la vida a nadie, todo lo contrario, está para sembrar inquietud.
– Cuando termina la función y se sale del personaje, ¿termina con más preguntas que certezas?
– Me remito a una frase de Osho, "la vida no es un problema, es un misterio a recorrer", o sea que la vida no tiene solución, porque no es un problema, por eso, como la vida, el amor es un misterio a recorrer. Los personajes me ayudan a recorrer ese misterio. Las preguntas aparecen siempre. El teatro por suerte me ha dado la oportunidad para seguir recorriendo el misterio.
– Además, lo hace con sus compañeros de escena y con el público.
– Si no tenemos un espectador mirándonos, terminaríamos siendo muñequitos tirando manotazos al aire (risas). Por eso cuando hacemos teatro no es para el público, sino con el público.
– ¿Qué pasa cuando la realidad golpea en la cara al amor idealizado y genera tensiones en la parejas actuales?
– Va variando el misterio con los años. Pero lo que pasa era que antes había mucha hipocresía, porque las familias que tenían roto el matrimonio, no se separaban. Había que mantener las apariencias. De eso no se hablaba. Por otro lado, hoy con mucha facilidad se rompe un matrimonio.
– ¿Qué postura toma para poder entender esos amores antes de romperse?
– Tratar de estar atento, de no hacer a los demás lo que no te guste que te hagan a vos. Creo que no hay que ser bueno para evitar el castigo, no puede ser bueno uno por miedo. No voy con eso de que todos vamos al infierno. Hay que sembrar buena semilla, para tener buena cosecha. Vivimos todos en un mundo violento, eso está más que claro. No se puede negar la conquista española que mató a millones de indígenas hace más de 500 años, con la cruz y con la espada. O sea que el bichito malo que tenemos dentro los humanos no cambia.
– La sociedades modernas se vuelven complejas y más violentas, pero ¿todavía hay espacios donde se conserva el amor hacia el prójimo?
– Sin duda, las relaciones y no sólo las amorosas, van cambiando. Recuerdo la obra "Made in Lanús", donde el Negro, quien arregló para trabajar de mecánico en una fábrica de Estados Unidos, decide irse del país. Yoli, su hermana, no quiere saber nada con irse de Lanús. Un día lo convenció al marido: "Vos te acordás, Negro, cuando se incendió el taller y todos los vecinos del barrio fueron a correr con palanganas y baldes, te apagaron el fuego y salvaron el taller. Porque acá sos el Negro. Allá en Estados Unidos, ¿qué vas a hacer?". Esto habla de cómo la identidad habla de la devolución del otro y en ese sentido, el mundo del barrio es muy diferente. Me crié en Monte Grande, Lomas de Zamora, en Lanús y caminando por la calle cualquier vecino sin conocerme me invita a tomar mate sentado en la vereda. Creo que ese mundo ha ido cambiando, pero hay lugares y pueblos en el país que todavía eso se conservan.
EL DATO
- "Rotos de amor". Este domingo 1 de septiembre a las 20 en Teatro Sarmiento. Entradas: plateas $800; pullman $700. Promo 2×1 en boletería. Venta desde hoy hasta el día de la función.