Apasionante. El Atlético fue furia en el arranque y acortó distancias con el Real pero un gol en contra fue su condena. 

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Buenos Aires, DYN

El Atlético de Madrid del argentino Diego Simeone arrasó en los primeros 16 minutos del clásico español al sacar una ventaja de dos goles pero nunca llegó el tercero que le faltaba para emparejar el pleito y solo consiguió el consuelo de un triunfo 2-1 que depositó a su eterno adversario, el Real Madrid, en la final de la Champions ante la Juventus. Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín serán los dos únicos argentinos, ambos con la camiseta albinegra de la Juve, cuando el 3 de junio se juegue la final en el Estadio Nacional de Gales, en Cardiff. Saúl abrió el marcador a los 12, el francés Antoine Griezman anotó el segundo de penal a los 16 y el estadio Vicente Calderón estalló aunque guardó para el éxtasis que hubiera significado empardar con un 3-0 la tripleta con que Cristiano Ronaldo despachó el primer duelo en el Santiago Bernabeu. Pero si tan rápido pudo el equipo del Cholo ponerse dos goles arriba, el tercero nunca llegó y por el contrario, Isco, luego de Cristiano tal vez el futbolista merengue más habilidoso, logró descontar al tomar un rebote a un metro y medio del arco. El segundo, al Atlético le costó meterse en el área rival como a sus adversario cuando lo atacan, por ende, por algunos momentos el Real pareció el Atlético. El único argentino que estuvo en cancha durante los últimos quince fue Ángel Correa. Real Madrid se clasificó para su decimoquinta final, y va por su decimosegundo título, en tanto será la novena diputa de Juventus, que la ganó dos veces.