Un bastón que tiene ruedas y al deslizarse, además de servir de sostén a la persona, puede prestar otras funciones tales como evitar obstáculos o situaciones de peligro e incluso guiar hasta un sitio predeterminado, se encuentra en la última parte de su desarrollo y se está inventando en San Juan. No hay un producto así en el mundo.
Un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y del Conicet comenzó con este proyecto de crear un bastón robotizado, que puede cumplir un rol tanto de asistencia como de rehabilitación, que dio sus primeros pasos en el Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería.
Ricardo Carelli destacó que este prototipo no tiene que levantarse ni deslizarse mientras el usuario se traslada, por lo que induce a una marcha más normal.
El investigador enumeró otras dos funciones que no se encuentran en un bastón convencional. Por un lado, aporta en la asistencia sensorial. El bastón dispone de sensores (como los de distancia, tipo láser) que le permiten detectar obstáculos o situaciones de peligro -como una escalera descendente- y reaccionar, protegiendo a la persona, que puede tener disminuida su capacidad visual, auditiva e incluso háptica (relativo al tacto).
Y por otro, en la asistencia cognitiva. La persona también puede padecer este tipo de limitaciones y entonces no ubicarse perfectamente en el ámbito donde está transitando. El robot ayuda guiándolo par alcanzar un determinado destino.
Natalia López añadió que hay muchas otras aplicaciones, derivadas del "monitoreo" que se puede realizar de la marcha del usuario. Entre ellas, López ejemplificó los pacientes de Parkinson que se "frizan" en un determinado momento mientras van caminando.
El proyecto se desarrolló desde 2014 con un subsidio IDEA, otorgado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia (Seciti). Actualmente comienza la fase de evaluación de profesionales del área médica y luego harán lo mismo pacientes de los hospitales Rawson y Español.
Por otro lado está en desarrollo la cubierta del bastón, tanto en el aspecto exterior final que tendrá como de su ergonomía, para que se convierta en una herramienta amigable. Evitarán que se parezca a una aspiradora.
Una vez superadas estas instancias, podrá llegar el momento del patentamiento y será toda una innovación. Si bien hay registrados en el mercado sillas y andadores robotizados, no hay ningún antecedente en el mundo de un bastón con estas características. A diferencia de un andador, otorga "mas libertad" al usuario.
Ya está previsto que cuando concluya la validación podrá instalarse en un centro de salud y eso ya significa un proceso de transferencia a la sociedad de sus inventores.
El grupo de trabajo que diseñó el bastón
El equipo de trabajo interdisciplinario está compuesto por Ricardo Carelli, Natalia López, Flavio Roberti, Marcos Toibero, Elisa Pérez, Matías Monllor, Christian Carvajal, Juan Güell, Ricardo Berjano, Marcela Céspedes, Agustín de Nardo y Emilio Kenan.
El proyecto recibe cooperación internacional, destacándose la de la Universidad Federal do Espirito Santo, Vitória, Brasil. La mención especial es para dos profesores; Anselmo Frizera y Teodiano Freire Bastos. El equipo sanjuanino colabora con esta universidad en sillas de ruedas y andadores robotizados.