El Belén viviente de San Martín renovó sus credenciales como el espectáculo más convocante que se realiza en San Juan para la Navidad. Los 10.000 espectadores se compenetraron con el más respetuoso de los silencios cuando comenzó nuevamente a relatarse la historia en la Quebrada Naciff Weiss, lindante al complejo Ceferino Namuncurá, a pesar que previamente se habían encendido con los espectáculos artísticos, a cargo de la ‘local’ Fátima Garro y de Los Labriegos.
Los adelantos tecnológicos, como los cerros iluminados o la técnica del mapping, para llevar adelante la historia son el último condimento de la obra “que hace 18 años trajo de nuevo acá Miguel León. Nosotros lo hacíamos en el Barrio Independencia, de San Isidro, de una forma muy casera. Y este amigo, que lamentablemente ya no está, fue quien hizo que se hiciera acá nuevamente como en los años ‘70 y principios de los ‘80 y fue creciendo con el apoyo de las gestiones municipales”, repasó Roberto Acosta, uno de los 3 miembros originales que todavía permanecen en el staff. Acosta comienza con los preparativos en cada octubre, junto a Javier Olivera y José Navarro, quien interpreta a José en la obra y aseguró que no sabe qué sucedería si alguno del trío no puede estar nuevamente presente. “Para nosotros llevar adelante esta obra sigue siendo algo indescriptible. Tratamos de poner algo nuevo en cada presentación pero no deja de sorprendernos la cantidad de gente que viene. Como el caso de una bisabuela que cada año vuelve a estar presente”, remató Acosta.
Intendente recitador
Los Labriegos, la última banda que se presentó antes que comenzara el Belén viviente, ya tenía al público en el bolsillo, cuando el presentador Pascual Recabarren hizo que subiera al escenario el intendente, Cristian Andino, para que participara en el recitado de “Vallecito de Huaco”, de Buenaventura Luna.
Ubicación
Además del intendente de San Martín, también estuvo presente la ministra de Turismo y Cultura de la Provincia, Claudia Grynszpan, en el sector de las autoridades. Si bien había otras autoridades municipales, algunos niños aprovecharon las sillas vacías con una excelente ubicación para ver el espectáculo.
La amenaza
Cuando comenzó a cantar Fátima Garro, el primer número artístico, la preocupación del alerta meteorológico de chaparrones aislados sobrevolaba en la organización. El año pasado debieron soportar fuertes ráfagas de viento. Pero esta vez el clima acompañó y la noche era espléndida en la quebrada.