Las principales asociaciones agrarias de Argentina anunciaron ayer un cese en las ventas de bovinos por nueve días en protesta por el cierre de las exportaciones de carne, uno de los principales motores de la economía, dispuesto por el Gobierno para evitar alzas en los precios domésticos.
Argentina es uno de los mayores exportadores mundiales de granos y carnes, pero lidia con una alta inflación de alimentos que suele generar tensiones entre el actual gobierno kirchnerista y los productores.
"El camino y las decisiones que está tomando el Poder Ejecutivo son profundamente erradas", dijo en una conferencia de prensa Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
La protesta de las cuatro agrupaciones rurales aunadas en la Mesa de Enlace se realizará desde las 0 hora del jueves 20 de mayo hasta las 24 del 28 de mayo inclusive, es decir nueve días sin comercializar ninguna categoría de hacienda.
Los dirigentes rurales no descartaron nuevas medidas de protesta si no reciben una respuesta satisfactoria de parte del Gobierno. "Este es el comienzo de un paquete de medidas", explicó Chemes.
La tensión refleja la creciente preocupación global sobre la subida en el precio de los alimentos, que llevó a controlar las exportaciones a otros países como Rusia, que impuso un impuesto a los embarques de trigo.
China es, por lejos, el principal destino de los embarques de Argentina, que exportó un total de 897.500 toneladas de carne con hueso por un valor de 2.710 millones de dólares en 2020. De ese volumen, 462.000 toneladas fueron a China.
En marzo -últimos datos disponibles-, los embarques a China crecieron un 8,3% frente al mismo mes de 2020 y alcanzaron los 225,8 millones de dólares.
Argentina arrastra hace años una recesión con alta inflación, que se vio agravada por la pandemia de coronavirus y llevó la pobreza al 42% de la población. Los expertos esperan una inflación cercana al 47% para este año, impulsada principalmente por el alza en los precios de los alimentos.
En ese contexto, el Gobierno decidió el cerrar por un mes los embarques de carne vacuna, uno de los principales platos de los argentinos, con el fin de lograr una mayor oferta doméstica que limite las fuertes subidas registradas en los últimos meses.
"El tema de la carne se desmadró (salió de control) claramente. Hay que poner en orden quiénes exportan y poner en orden el Mercado (vacuno) de Liniers", dijo ayer el presidente Alberto Fernández.
La decisión soliviantó a un sector agrario que mantiene hace años cortocircuitos con la centroizquierda peronista actualmente en el poder.
En 2008, Fernández se vio obligado a renunciar a su cargo de jefe de Gabinete por la masiva protesta rural contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por las retenciones móviles.
En este sentido, Chemes dijo desconocer si el lock out puede escalar hasta reproducir el conflicto que se dio entre el gobierno de Cristina y el sector por la implementación de retenciones móviles que se vivió en 2008 conocida como el conflicto de la 125, pero consideró que "las medidas son muy similares a las que se tomaron en su momento".
"Vamos a estar encuadrados en algo muy similar a la 125. Esperamos que no se profundice la crisis, pero si estamos convencidos que vamos a defender los derechos de los productores agropecuarios", indicó.
Por su parte, el presidente de la SRA, Daniel Pelegrina, que atribuyó la suba del 65% en los últimos 12 meses del precio de la carne a cuestiones "biológicas, indicó que "el enemigo buscado, sobre todo para el kirchnerismo, es el campo y sirve para tapar muchas cuestiones que están pasando, como la pandemia, la salud, el avance en la Justicia".
- Precios alto, bajo consumo
Ya lo hizo Néstor
Néstor Kirchner implementó la misma medida en su gestión para bajar los precios en el mercado local. Había sido anunciada por seis meses y se extendió por 10 años. Los resultados fueron el cierre de frigoríficos y la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Fin a 12.000 empleos
Según Andrés Halle, ingeniero agrónomo, el cierre de exportaciones de carne en 2006 dispuesto por el expresidente Néstor Kirchner trajo aparejado el cierre de más de cien frigoríficos y la pérdida de entre 10.000 y 12.000 puestos de trabajo.
Caída de cabezas
Por otra parte se contaron por miles la cantidad de productores ganaderos que se fundieron. El stock de hacienda entre marzo del 2006 y marzo del 2011 cayó un 20%, lo que representó una caída de casi 12 millones de cabezas", destacó Halle.
Menor consumo
Según el ingeniero, "el consumo de carne per cápita pasó de 62 kilos a fines de 2005, a 55,5 kilos promedio en 2011. En términos porcentuales significó una merma del 11,3%". Asimismo, "la producción de carne tuvo una caída del 21% entre el 2005 al 2011".
- "El tema de la carne se desmadró"
"No podemos seguir viendo cómo la carne crece en los precios sin ningún justificativo. Lo más llamativo es que crece el precio de la carne y baja el consumo. No es que el precio sube porque la demanda crece. Hoy estamos consumiendo el nivel más bajo de carne. Y crecen los precios sin parar", criticó el presidente,
Alberto Fernández. El mandatario consideró que "el tema de la carne se desmadró" y se mostró tajante: "Lo que tenemos que hacer es volver a poner el precio de la carne en sintonía con la capacidad de comprar de un argentino, no con la capacidad de compra de quien exporta del exterior".
- Perotti y una crítica del mismo palo
La decisión de Alberto no sólo enojó al campo. El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, (PJ) aseguró que "la solución es aumentar la producción y no cerrar las exportaciones".
"Tenemos las condiciones para abastecer el mercado interno y externo, manteniendo la posibilidad de exportar nuestros productos al mundo", justificó, en su cuenta de Twitter. Allí, además, dijo que en su provincia "la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial" y que los cambios "en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad" que tanto les brinda "a los santafesinos".