Nicaragua el país más procapitalista de la región.

 

Esto puede ser una sorpresa, pero el apoyo al mercado libre está alcanzando niveles récord en América latina. Y lo que es aún más sorprendente, el capitalismo es más popular en países donde los líderes de izquierda arremeten contra él diariamente. En teoría, esto podría allanar el camino para una época dorada para los inversores extranjeros y nacionales en la región.

La sorprendente información sobre el aumento del sentimiento procapitalista en América latina forma parte de las cifras de Latinobarómetro, una encuesta regional anual que se publicará próximamente. Según los datos, el porcentaje de personas en la región que está de acuerdo con la premisa de que "el mercado libre es el único camino hacia el desarrollo” alcanzó un récord del 69 % en 2017, frente al 57 % cuando se formuló la pregunta por primera vez hace 14 años.

Las cifras fueron proporcionadas exclusivamente a Miami Herald y el Nuevo Herald por la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, quien dijo que estaba "sorprendida” por las cifras que muestran un aumento significativo en el apoyo a las políticas de libre mercado. "En el pasado, hubo una resistencia histórica al libre mercado y las privatizaciones en América latina. Y ahora, de repente, estamos viendo este pico”, dijo.

El país más procapitalista de la región es Nicaragua, administrado por el presidente radical izquierdista Daniel Ortega. Sin embargo, el 79 % de los nicaragüenses dice que el mercado libre es la única forma en que un país puede desarrollarse.

Honduras ocupa el segundo lugar, con un 78 % de apoyo al mercado libre, seguido de Bolivia, Ecuador y Venezuela, con un 76 por ciento. En comparación, el 67 % de la gente dice estar de acuerdo con esa idea en Argentina, el 66 % en México, el 64 % en Brasil y el 59 % en Chile.

Cuando vi por primera vez estas cifras, mi reacción fue que las cifras reflejan los altibajos del populismo en la región.

La encuesta anual muestra que el apoyo al mercado libre en la región alcanzó su punto más bajo en 2007. Fue entonces cuando los líderes populistas izquierdistas de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina se beneficiaron de los auges económicos impulsados por los precios mundiales récord de los productos básicos y regalaron enormes cantidades de dinero en subsidios.

Pero cuando el auge de los productos básicos llegó a su fin en 2010, la mayoría de estas economías se derrumbaron. La gente se dio cuenta de que sus líderes habían desperdiciado sus bonanzas económicas en fiestas populistas, y dejaron sus países prácticamente en bancarrota. Una nueva generación de líderes centristas y de centro derecha ganaron elecciones o heredaron las presidencias en Argentina, Perú, Brasil y otros países, y parecen haber convencido a su gente, al menos por el momento, de que ningún país puede lograr un crecimiento sostenible sin fondos privados.

Pero la política de América latina tiende a oscilar como un péndulo cada 10 o 15 años. Cuando los precios mundiales de las materias primas suben, los gobernantes autoritarios y las políticas centradas en el estado prosperan. Cuando los precios de las materias primas bajan, los inversores privados son cortejados como reyes.

La encuesta señala que esta es una gran oportunidad para mejorar los lazos económicos entre los EEUU y América latina. Pero se está desperdiciando, mientras que China continúa incursionando en la región.