Para la fiscal Silvina Gerarduzzi la prueba debe producirse sí o sí, porque se corre el riesgo de no poder hacerla y es clave. La jueza Mónica Lucero le respondió que no es necesaria y alcanza con otras evidencias. Y allí surgió la polémica procesal, porque la magistrada se mantuvo en su postura y la representante del ministerio público planteó anular la decisión de la jueza por "infundada y arbitraria". ¿Cuál es la prueba de la discordia? el estudio para saber si Irma Sánchez padece sífilis y si eso derivó en una neurosífilis que le impidió comprender su acción criminal y dirigir su actos el 8 de septiembre de 2016, cuando condujo más de 2 kilómetros en contramano por la avenida de Circunvalación, en Capital, hasta que chocó a una pareja en moto y provocó la muerte de la conductora, Leslie Arustizia (23).
La necesidad de esa prueba había surgido del fallo de la Sala I de la Cámara Penal, en septiembre de 2017, cuando el tribunal confirmó el procesamiento de Sánchez por homicidio y lesiones culposas (sin intención), la excarceló y ordenó un estudio sobre la presencia o no de esa enfermedad venérea y sus implicancias mentales.
Irma Sánchez entonces fue derivada al área de psiquiatría del hospital Marcial Quiroga. Allí un médico psiquiatra la analizó e instaló un nuevo interrogante sobre el futuro del caso: diagnosticó "síndrome demencial con deterioro cognitivo", de carácter "progresivo e irreversible", al momento del examen sin precisar si lo sufrió el día del accidente.
Antes de ese estudio, el psiquiatra del Poder Judicial, Héctor Del Giúdice, había dicho que Sánchez sí comprendió la criminalidad de sus acciones cuando atropelló y mató. Y para la jueza ambas opiniones alcanzaban para decidir la clausura de la investigación y la elevación del caso a juicio.
Pero la fiscalía consideró que el estudio sobre la sífilis es clave y no puede suplirse con las opiniones divididas de los profesionales. El estudio estuvo a punto de hacerse porque la mujer fue al hospital pero cuando la llamaron para sacarle sangre ya no estaba y no volvió más.
Ahora la jueza deberá resolver si acepta o no el planteo de la fiscal.
También deberá analizar el pedido de la defensa de Sánchez, quien pidió el sobreseimiento por inimputabilidad de la mujer luego de conocer la opinión del médico que habló sobre la presencia de un cuadro de demencia.
Si se confirma que Sánchez atraviesa un problema mental que le impide comprender sus actos y dirigir sus acciones, el caso podría quedar sin culpable penal, por incapacidad mental sobreviniente.