Paraguas. Centeno busca morigerar la pena en esta causa donde está acusado junto a otros 35 imputados, como partícipe de una asociación ilícita.

 

Oscar Centeno, el chofer arrepentido de los cuadernos de las coimas que desató el mayor escándalo de corrupción en el país, pasó anoche a la categoría de "testigo protegido" ya que el juez federal Claudio Banadio firmó la homologación del acuerdo en este sentido y así, el imputado colaborador obtuvo su libertad. Sin embargo, estará bajo custodia.

Sólo transcurrieron 24 horas desde que Centeno -propietario de los ocho cuadernos que dieron origen a la investigación que busca desentrañar un circuito de coimas-, aceptó declarar como "arrepentido".

Sus primeras palabras ante el fiscal Carlos Stornelli no habían sido suficientes para que el juez Bonadio homologara el acuerdo el jueves.

Por ello, buscando mayores precisiones, Centeno tuvo que ampliar su indagatoria en la tarde de ayer. Cerca de las 17.30, rodeado por la Policía Federal, el chofer que paseó cientos de millones de dólares en un auto oficial durante diez años en la era K, fue trasladado al cuarto piso de los tribunales de Comodoro Py y en la secretaría correspondiente al juzgado de Bonadio declaró durante más de dos horas.

Uno de los puntos centrales en los que la Justicia buscó indagar durante esta ampliación fue sobre los originales de los cuadernos que contienen las anotaciones que según el fiscal Stornelli se trata de una "bitácora del delito": direcciones, lugares de reuniones, horarios, patentes de vehículos, cifras del dinero que los bolsos y paquetes contenían, nombres de empresarios y exfuncionarios.

El jueves, Centeno había señalado que tenía en su poder los cuadernos, pero tras dos allanamientos en sus propiedades de Olivos y Bella Vista, los operativos dieron negativo. Por ello, el magistrado hizo hincapié en el paradero de esos documentos.

Tras dos horas de una declaración en un tono más calmo y con "más precisiones", según fuentes judiciales, Bonadio homologó el acuerdo que había firmado Stornelli, en el que pedía que Centeno sea incorporado a la causa bajo la figura de "imputado colaborador".

Esta figura del imputado colaborador es la misma a la que se incorporó Leonardo Fariña -en la causa conocida como la Ruta del Dinero K-, y Alejandro Vandenbroele, apuntado como testaferro de Amado Boudou.

La del jueves fue una indagatoria de poco más de tres horas. Allí, el exchofer había admitido que los cuadernos eran de su propiedad. Fueron escritos por él y en ese marco, ratificó lo que en esas páginas había consignado durante casi diez años, con una interrupción de tres años tras el fallecimiento de Néstor Kirchner.

Para que Centeno sea considerado un imputado colaborador se requería la homologación del juez Bonadio, medida que adoptó después de la lectura de la ampliación de sus declaraciones. El exchofer de Roberto Baratta había manifestado ante su defensor oficial y el juzgado que "temía por la seguridad de su familia, de sus trece hijos".

Como imputado colaborador, Centeno primero declaró ante el fiscal Stornelli ya que esta figura se acuerda con el Ministerio Público Fiscal. Toda la información que aportó "deberá referirse únicamente a los hechos ilícitos de los que haya sido partícipe y a sujetos cuya responsabilidad sea igual o mayor a la del imputado arrepentido", versa la Ley 27.304 que rige el programa.

Con la homologación del acuerdo, comienza a correr el plazo de un año para corroborar sus dichos. De no suceder, incurriría en el falso testimonio, delito que según la ley podría caberle una prisión de 4 a 6 años con la pérdida del beneficio.

 

Rompe el silencio la expareja del chofer

 

Hilda Horovitz, expareja del chófer que anotó en libretas los detalles del presunto reparto de sobornos a exmiembros de los gobiernos kirchneristas (2003-2015), aseguró que Oscar Centeno guardaba los cuadernos para extorsionar a su jefe, el exfuncionario público Roberto Baratta, por si lo despedía.

En un adelanto de la entrevista que concedió a la revista Noticias, cuya versión completa se publicará hoy, Horovitz remarcó que Centeno, cuando iba a terminar en 2015 la gestión de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), tuvo la idea de usar las anotaciones que realizó durante 12 años para mantener su empleo. "Él tenía la idea de decir… bueno.. si Baratta a mí no me lleva con él o Baratta no me pone de chofer en otro lado o cualquier cosa… entonces él iba a utilizar esos cuadernos para mostrarlos, pero los terminé usando yo", concluyó la mujer, según un audio difundido por la publicación. Según Noticias, Horovitz vivió nueve años con el chófer, y tras una separación tortuosa llegó a presentarse en la Justicia para denunciar la presunta red de coimas. "Me golpeaba, más si volvía enojado por haber trasladado tanta plata y recibir migajas", remarca la publicación sobre su charla con la mujer. La causa surgió de una investigación de La Nación, diario al que llegaron las libretas escritas por Centeno, en las que dejó apuntados los recorridos que supuestamente hacía con Baratta para recaudar el dinero de empresarios.