La implementación de una economía de "bajo contacto físico", en un mercado laboral caracterizado hasta marzo por contener 2,3 millones de trabajadores (14%) desempeñándose a un brazo de distancia o menos, será el principal desafío para el retorno a los espacios laborales ya que en los lugares cerrados y con baja ventilación se producen los "supercontagios" de coronavirus, advirtieron especialistas y autoridades.

Andrea Pineda Rojas, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), explicó que "hay varios estudios que muestran que la transmisión de Covid-19 por aerosoles es posiblemente el principal modo de contagio", al referirse a los aerosoles que se emiten al hablar, que son más pequeños, permanecen en el aire, e infectan al ser inspirados por inhalación.

"En ambientes cerrados, los aerosoles pueden permanecer en el aire y acumularse en condiciones de mala ventilación, aumentando el riesgo de contagio. Para minimizar el riesgo en lugares cerrados se debe tratar de que haya la menor cantidad de gente posible, durante el menor tiempo posible y manteniendo la mayor distancia posible, usar barbijo de al menos dos capas con buen ajuste a toda la cara y mantener el ambiente permanentemente ventilado", aseveró.

"Las medidas pierden efectividad si no son masivas, sobre todo en lugares como medios de transporte, ambientes de trabajo o centros educativos donde mucha gente comparte el aire", concluyó.

Según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), 2,3 millones de trabajadores estaban antes de la pandemia expuestos a lugares de trabajo de espacio reducido o con mala ventilación.

"Adoptar una economía de bajo contacto físico es un desafío de reingeniería inédito", dijo Ramiro Albrieu, investigador principal del Programa de Desarrollo Económico de Cippec. "Implica desaprender 300 años, así de novedoso es", agregó.

El informe plantea que casi el 10% de los ocupados están expuestos siempre o muchas veces a malas condiciones sanitarias (baños, vestuarios, agua potable) en su lugar de trabajo.

Por otro lado, el 31% del total de trabajadores -esto es, unas 5,2 millones de personas- utiliza algún medio de transporte público para concurrir al trabajo, lo que aumenta el riesgo sanitario.

Según Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, "en los espacios laborales compartimos muchas horas con nuestros compañeros en espacios cerrados y en lugares de confianza esa atención que tenemos que mantener para sostener los cuidados puede disminuir y aumentar el riesgo de contagio".

"La recomendación es tener un plan, identificar a las personas que pueden estar en riesgo. Promover el teletrabajo y tener un protocolo para personas que manifiesten síntomas", indicó.

"Es muy importante el lavado de manos, el barbijo durante toda la jornada laboral, la desinfección de las superficies y la ventilación de los ambientes", precisó.

El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo que los ámbitos laborales pueden ser espacios "supercontagiadores". Explicó que los contagios se explican "por tres causas: algunas con la carga viral, otras con las tareas que tienen las personas que las hace tener mucho contacto social y otra son los espacios "supercontagiadores"".

Quirós caracterizó a estos espacios como "lugares que tienen mala ventilación, con muchas personas con poco volumen de aire y que se quedan mucho tiempo; cuanto más tiempo permanecen personas en un lugar sin ventilación más posibilidades tiene una persona con la enfermedad de contagiar a todos".

"En esto hay que trabajar mucho, buscar alternativa de ventilación, y limitar el número de personas y el tiempo", señaló.

Télam

 

Murió esposa de un excombatiente

La única mujer que se casó con un combatiente de Malvinas en pleno desarrollo de la guerra con Gran Bretaña y por medio de representantes legales, murió hace días en la ciudad fueguina de Río Grande a los 63 años, afectada de coronavirus.

Silvina Elisa Martínez había protagonizado un hecho histórico, al contraer matrimonio con el suboficial principal René Marcelino Aguilar, que por ese entonces combatía en Puerto Argentino.

La ceremonia, realizada a través de representantes legales el 9 de junio de 1982, constituye "el único casamiento entre argentinos llevado a cabo durante la guerra" y "el primero realizado en el archipiélago después de 150 años de ocupación británica", recordó el excombatiente René Marcelino Aguilar al rememorar aquel episodio.