Han pasado dos meses y monedas desde que Sergio Uñac presentó las conclusiones del pacto social que se logró con el Acuerdo San Juan y nadie puede negar que la pila de horas que demandaron las reuniones intersectoriales -desde mediados de junio en que se hizo el primer encuentro- rindió sus frutos. No quedó ningún sector sin ser convocado y escuchado, en momentos donde la crisis sanitaria y económica inédita marcada por la pandemia del Covid-19 obligó a la conducción política a generar consensos, como forma de construir la política de gobierno. Al final fue un acierto. No sólo porque obligó a dirigentes y referentes sociales de amplio espectro a ponerse a pensar en qué tipo de provincia querían para la pospandemia -lo cual de paso distrajo la mente de tanta angustia y alteración que desató el virus-, sino porque además el Gobierno realmente tomó las ideas más importantes y las convirtió en medidas y leyes concretas.
Hubo logros importantes, como por ejemplo la baja de impuestos y de tasas en las boletas del servicio de luz, el programa San Juan Trabaja que da subsidios a empresas que generen empleo, la reforma a la Ley de Regalías Mineras que prohíbe a los municipios usar los fondos en gastos corrientes, o la puesta en marcha de "Mis segundos mil días" donde el Estado acompañará al niño hasta los 4 años. El desafío ahora es que el esfuerzo no se pierda y se logre darle continuidad a este espacio de diálogo y consenso.