Parecía que el mundo y particularmente nuestro país, no iba a pasar por una prueba semejante: La del examen de los políticos que administran la educación en todos los sectores de su referencia. ¿Qué harán entonces con las clases? ¿Qué tienen como respuesta? Hasta ahora y parece que siempre las dos alternativas que tienen son: Primero las clases presenciales en los centros educativos y segundo las clases virtuales por internet; si no es una es la otra. 

Los funcionarios que hoy deben responder a esta situación que vive el mundo entero, y particularmente nuestro entorno local, respecto a la pandemia del coronavirus, es que no sólo deben dar con la respuesta oportuna por la salud o decir que el problema se presenta por una economía apremiante. Lo que deben definir es ¿Qué hacemos con la educación y con el dictado de las clases? ¿Acaso la respuesta a esta simple pregunta debe venir de quienes no son políticos en funciones de gobierno, o de quiénes no tienen una función pública de cargo? Todo lo contrario uno u otros, tienen que ocuparse absolutamente. Sin embargo, ¿la respondemos quienes estamos comprometidos como "empleados de la educación”? ¡De ninguna manera! La respuesta tiene que venir de quienes están comprometidos por la tamaña responsabilidad y sacrificio que significa conducir los rumbos educativos de toda una sociedad, o quizás nos quedamos con la duda de que poco les interesa, ¡quién sabe!

"Si en Argentina hay verdaderamente sensatez, conforme a estudios de profesionales académicos de la salud, de ninguna manera puede concebirse la posibilidad de volver a clases antes de septiembre del presente ciclo.”

Si en Argentina hay verdaderamente sensatez, lo que se debe saber y aceptar, de acuerdo a los estudios de profesionales académicos de la salud, las condiciones climáticas regionales, la propensión del ser humano a los riesgos de enfermedad y los factores agregados como resultado del contacto social humano, es que de ninguna manera puede concebirse la posibilidad de volver a clases antes de setiembre del presente ciclo 2020.

Ahora bien, "qué deben hacer los alumnos en todo ese tiempo y cuál es la escala de valores que se debe manejar en los aprendizajes”. Esa respuesta justamente, la debe dar el ministro de Educación de la Nación y cada uno de las provincias, es más, tienen la obligación de darla pues de esa manera el pueblo podrá advertir qué concepto de hombre tienen o qué concepción de la educación manejan o incluso qué ideología o pensamiento filosófico traduce el comportamiento intelectual y ético que ostentan. Porque: ¡Sepamos lo extraordinario hecho por Sarmiento para toda América!

Si bien es cierto que esta respuesta es de sus prerrogativas y responsabilidades asumidas en sus cargos, no es menos cierto que como educador esa respuesta sea desconocida. Pues, si existe tal solución y es justamente, un compromiso en devolución a tantos años que la universidad argentina invirtió, particularmente con mis aportes y con el de tantos profesores que oportunamente traducimos en mensaje al ciudadano común, los alumnos y su familia. 

Toda la población merece la urgente implementación de un Sistema Educativo Alterno en el que el rol de los profesores es fundamental. El diseño de este aporte en proyecto está para ser provisto y de mi parte acompañado, siempre y cuando las autoridades ministeriales en Educación así lo requieran. Además estoy plenamente convencido de lo superador de otras propuestas semejantes.

 

 

Por el Prof. Mario Daniel Correa D’Amico 
 Profesor, filósofo y pedagogo, profesional de la educación con doctorado y especialización en el área.