Los algarrobos constituyen una de las especies autóctonas que requieren de cuidado para su preservación y aprovechamiento.

Estamos los sanjuaninos acostumbrados a convivir con un arbolado público que por años continúa presentando un severo deterioro. La falta de riego, las enfermedades, las podas inadecuadas, los traumatismos producidos por las ataduras de alambres y cintas de plásticos que quedan de los pasacalles, como las producidas por las tapas de cemento o hierro de las tasas que van estrangulando el tronco de los árboles en su crecimiento, son entre otras, las múltiples causas que afectan al arbolado, pero sin duda la falta de riego es la más importante. Los plátanos que en el área céntrica fueron plantados aproximadamente hace 60 años apenas disponen de unas pocas ramas de escaso desarrollo, estas no llegan ni a una décima parte de las que dispone un árbol para la especie y edad en condiciones vegetativas normales. Es lamentable que por décadas no se hayan tomado medidas para cambiar esta situación; excepto en la intervención que el municipio de la capital realizo el área peatonal en la calle Rivadavia donde se lograron muy buenos resultados que están a la vista.

Este descuido no sólo afecta al arbolado en alineación sino se ve reflejado también en la perdida de nuestros arboles históricos, hace poco día nos enteramos del incendio que afectó severamente el Algarrobo del Chacho Peñaloza. El algarrobo en que se reunían el Chacho con sus hombres en Huaco en el siglo XIX, un árbol de 24 m de altura de 500 años de edad según estudios dendrocronológicos realizados por el Cricyt en el año 1993, fue quemado por un descuido. Es evidente que el mantenimiento de estos árboles patrimoniales requiere mayor atención para evitar estas situaciones que hoy estamos lamentando.

Otra perdida irremisible fue el Espinillo negro de Faustino Sarmiento, árbol mencionado en sus escritos por el máximo prócer sanjuanino que estaba ubicado en la esquina de la calle Sarmiento y Avenida del Libertador frente a su casa natal. Este árbol fue talado hace unos años sin su tratamiento en el Consejo Provincial del Patrimonio. Queda allí como testimonio inútil una placa y unas rejas que lo protegían, pero el árbol ya no está. La misma suerte tuvo una hermosa araucaria que engalanaba nuestra plaza mayor y que el Rotary Club había declarado "Árbol de la Paz".

Los arboles históricos no se talan, deben ser cuidados hasta que mueren de viejos porque constituyen un patrimonio que hace a la historia e identidad de los pueblos. En otros países son cuidados con mucha dedicación para ello disponen de especialistas que los inspeccionan permanente fundamentalmente para controlar el ataque de bacterias u hongos que estos árboles añosos suelen presentar. En este orden de cosas debo mencionar que la Asociación Eco Club presentó en 2005 el proyecto: "Misión Arboles Patrimoniales de San Juan" un catálogo en el cual se mostraban y detallaban esos ejemplares. En la ocasión participaban de la propuesta las Bibliotecas Populares de la Provincia y el Museo Casa Natal de Sarmiento, la idea nunca se concretó a pesar de haber relevado más de 20 árboles patrimoniales Merece también atención especial la situación los Olivos Históricos de la Mesada.

Estos dos olivos se encuentran a la vera del río de la Mesada, en el departamento de Valle Fértil, fueron descubiertos como de importancia histórica en 1991 cuando estudios dendrocronológicos realizados por el CRYCYT le estimaron 350 años de vida.

Estos ejemplares constituyen el único testimonio vivo de la presencia jesuítica en San Juan. Dada la relevancia histórica que tienen merecen acciones para mejorar su sanidad con un suministro mayor y más continuo de agua como también prevenir posibles incendios y crecidas del río que los pudieran afectar. Algo que también hizo saber nuestra Institución a las autoridades del área sin resultados a la fecha.

Debemos ocuparnos de nuestros árboles para mejorar la vida en nuestra ciudad y para no seguir perdiendo un excepcional patrimonio y legado histórico.

El árbol y su entorno

Sin duda que los arboles constituyen un valioso patrimonio que requieren se le brinde una mayor atención desde el Gobierno Provincial y Municipal; a nivel provincial a través de Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el Consejo de Patrimonio Natural y Cultural, el Ministerio de Turismo y Cultura y el Ministerio de Obras y Servicios Publico, no solo para el cuidado de los árboles y su puesta en valor, sino también, para el desarrollo de los sitios donde se encuentran. La participación de los municipios en esta tarea es de vital importancia porque depende de ellos llevar adelante las acciones directas en su cuidado, mantenimiento y uso turístico cultural.

 

PARA SABER MÁS
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Por el Prof. Raúl Bustamante
Presidente Eco Club San Juan