Cuesta recordar una tragedia así en la provincia. Por cómo sucedió y por la cantidad de fallecidos que el accidente trajo consigo. Fue espeluznante. Pese al paso del tiempo, los sobrevivientes lo recuerdan como si hubiese ocurrido ayer. Desesperante, macabro, doloroso. Un tren arrasó con una camioneta, dejando como saldo seis personas fallecidas.
Todo sucedió el 1 de octubre de 1968. Como lo hacía regularmente, Federico Dufay (45) tomó su F 100 y partió de su vivienda a buscar a los obreros que trabajaban en la finca que tenía en Pocito. Una vez que todos estuvieron arriba del rodado, comenzaron el viaje. Nada hacía presumir lo que finalmente iba a ocurrir.

Sobre calle 12, justo en el paso a nivel, el conductor se distrajo y ocurrió lo peor. Fue un segundo, pero con consecuencias devastadoras. Los gritos desesperados de los acompañantes no pudieron evitar el descenlase, el horrible final para seis personas. El tren en el que viajaban sólo el motorman y un acompñante, tenía como destino la Estación de La Rinconada. Y pese a los intentos, la camioneta estaba demasiado cerca y la velocidad a la que circulaba la máquina hizo imposible que la activación de los frenos sirviera de algo.
Según relataban las crónicas de la época, la cabina de la camioneta alcanzó a pasar las vías, no así la parte trasera, quedando desprendida toda la carrocería. Luego de hacer un trompo, el rodado volcó y cayó a un desagüe.

Lo que siguió fue el horror. Como pudo, el conductor salió y encontró a sus obreros desparramados por todas partes. Como en una película de terror. Varios fallecidos, otros heridos. El fuerte choque con la locomotora hizo que algunos de los pasajeros de la camioneta salieran despedidos más de 30 metros.
Como consecuencia del impresionante estruendo y pese a que era muy temprano, gran cantidad de vecinos llegaron hasta el lugar dispuestos a ayudar, a auxiliar a los heridos. Muchos incluso los trasladaron en sus propios vehiculos hasta el hospital departamental. Minutos después, llegaron dos ambulancias que continuaron con la asistencia.

Los pesquisas determinaron que los fallecidos en el lugar eran Lorenzo Francisco Campillay, Nicanor Guevara, Esteban García y Oscar Nelson Olmedo, menor de edad. Miguel Alfonso Madaf y Oscar Alfredo Moreno perdieron la vida en el hospital. Esta fue una de las mayores tragedias viales que la provincia recuerde.
Tanto así que una multitud se acercó al velorio de las víctimas. Cuando los seis féretros fueron trasladados para ser colocados en las carrozas fúnebres, el silencio lo invadió todo. Miradas lejanas y lágrimas que recorrían las mejillas. Era el dolor de familias, de amigos, pero también de todo Pocito que vivió el duelo como propio. Incluso el intendente estuvo presente. Un centenar de autos acompañaron el cortejo. También motos, camiones, bicicletas y hasta colectivos. La tristeza era infinita y el recuerdo, eterno.

