La educación en Argentina viene en decadencia desde hace décadas. Se requiere un trabajo profundo para salir de esta situación que afecta a toda la ciudadanía.

No soy experto en educación. Soy un simple ciudadano, padre de familia, abuelo, y preocupado por la formación de los míos y también de los jóvenes en general. Es un lugar común decir "el futuro de nuestros hijos, y de la patria, depende de la educación". Y es así, indudablemente. Me lo enseñaron desde chico, y a todos quienes me rodean, o están a mi alcance por una u otra razón, he tratado de machacarles esas ideas, que son un proyecto de vida, en orden a ser libres e independientes. Es por eso que me implico en las iniciativas de un grupo de expertos que, con argumentos técnicos fácilmente comprensibles, alertan sobre las consecuencias de las políticas educativas y que, como dije en una nota anterior, en aras de una saludable intención de incluir, facilitan de tal modo las cosas al estudiante, que éste luego, con una formación endeble, no va a ser tomado en cuenta por el mercado laboral, y por lo tanto será descartado al lugar de los prescindibles. 

Así leí que ya advirtió el ex presidente uruguayo José Mujica. "No los están convirtiendo en esclavos, pero si en prescindibles", dijo en una ocasión. Abundo entonces en los considerandos de gente que sabe del tema, con quienes me siento identificado.

"Es una estafa darle a un chico un título secundario, para que después rebote en el CBC (Ciclo Básico Común), o en el mercado laboral". 

Avatares de la educación

El profesor Jorge Angelini, especialista en el área del lenguaje, en una entrevista ha sintetizado en cuatro "misiles", les llama, los avatares que atraviesa la educación en la Argentina.

Primer misil

Relata que todo empieza en la década del 90, cuando el ex presidente Carlos Menem transfiere los servicios educativos a las provincias. Vació de escuelas al Ministerio de la Nación, y delegó facultades en las provincias. Esto originó una atomización del sistema educativo, tanto en la estructura del sistema como en los contenidos, que pasaron a ser privativos de las provincias.

Segundo misil

Sería en la administración de Eduardo Duhalde, cuando decide estirar la escuela primaria a 9 años y le saca a los secundarios dos años. Como los dos primeros años del secundario eran un fracaso, por los índices de repitentes, al extender la primaria evita el desgranamiento, mejorando los números para las estadísticas. Empezaba el Polimodal, pero cuando entraban al sistema del secundario, ya estaban con un pie afuera. Era una estafa, porque por ejemplo en los avisos pidiendo personal, se decía "polimodales abstenerse". 

Tercer misil

Fue en la época de Daniel Scioli, cuando se posiciona al alumno secundario como sujeto de derechos y no de obligaciones. Por ejemplo, puede llegar tarde a una mesa y hay que tomarle igual. ¿Dónde está la enseñanza de responsabilidad, de puntualidad ahí? Agregan la posibilidad de una tercera mesa de exámenes, por la que el alumno puede elegir para ver si pasa. Por otra parte, al alumno que rendía tres veces mal con un profesor, se lo cambiaban por otro.

Cuarto misil

Es este último del 2020, que por la pandemia era considerado como un bienio, junto al 2021, y se agruparon las materias por áreas. Trabajamos todo el año por materias, y a fin de año nos indicaron sería por áreas. Las reglas de evaluación las dieron a fines de octubre.

Así, sostiene, están frustrando la educación argentina, y hay que buscar acciones rápidas. Yo lo llamo estafa a la calidad educativa. 

La periodista Claudia Peyró (Infobae), instaló este tema y tiro una piedra en un estanque, pues tuvo amplia difusión. Liana Pividori, docente santafesina, ha convocado a una Mesa Nacional por la Calidad Educativa (Menace). Dice el profesor que ya tuvieron dos reuniones, para hablar un docente por cada provincia. Nos falta que se agreguen Tucumán, San Luis, San Juan, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, finalizó. Creemos que no es una cuestión ideológica. El éxito de un sistema se mide por los resultados.

Las pruebas Pisa, uno de los rankings educativos más prestigiosos del mundo, descalificaron a la Argentina de esta prueba que se rinde cada 3 años, porque en 2015 excluyó a algunas escuelas para mejorar su índice. Hace unos meses una importante empresa hizo saber que no incorporaría 200 operarios que necesitaba, por cuanto no entendían textos, ni resolvían ecuaciones simples

En fin, son muchos los ejemplos que prueban el agravamiento de la situación. Urge reaccionar y desde aquí apoyamos la iniciativa de la Menace, que tiene por objetivo mejorar la calidad educativa en la Argentina.