Vive en Lomas de Urdesa, una coqueta y pacífica zona de Guayaquil. Allí, en Ecuador, depositó sus sueños el caucetero Julián García. El ex jugador de Desamparados y que dio sus primeros pasos como director técnico hace dos años en San Martín, llegó a ese país para dirigir al Club Deportivo Everest, uno de los clubes más antiguos de Ecuador, que milita en la Liga de Guayas y que disputa la Segunda División de ese país.
"Estamos jugando la Segunda que viene siendo la tercera categoría a nivel profesional, es un club con mucha historia que en el 2020 salió campeón pero no pudo ascender", abre la charla el ex delantero que el año pasado después de hacer escuela en las categorías formativas de San Martín, dirigió en la Academia de Urabá, en Colombia. Ese paso por el fútbol colombiano le permitió al sanjuanino dar el salto a Ecuador y ese objetivo de seguir haciendo escuela es lo que busca hoy. Es que García anhela seguir creciendo en la profesión que eligió. "Salir del país y dejar la familia es difícil pero es para abrirme una puerta más y cumplir objetivos que capaz que como jugador no pude tener. Venir acá es para seguir sumando experiencia y seguir afianzando sueños. Yo anhelo dirigir Sudamericana y Libertadores algún día ¿porqué no? Se que hay 200 mil técnicos adelante mío pero siempre hay que ponerse sueños", expresó.
También Julián manifestó su otra ilusión, poder dirigir en su San Juan natal y porqué no, dirigir en su San Juan natal, en los equipos más representativos de la provincia, que él mismo conoce y a la perfección: "Volver a San Juan y poder dirigir ahí sería hermoso, ya sea en Desamparados donde me hice conocido como jugador, a San Martín que me permitió dar mis primeros pasos como entrenador en las Inferiores, ojalá que en algún momento lo pueda hacer".
Por ahora, a sus 38 años el caucetero se ilusiona con poder llevar al Everest a lo más alto, cuando inicie el torneo el 15 de mayo. "Para mí es estar a prueba todo el tiempo, me esfuerzo al máximo para poder transmitirle a mis jugadores la idea de juego que queremos para que podamos hacer un poco más la diferencia. La Segunda División es un fútbol muy físico porque el biotipo del jugador ecuatoriano depende mucho de la zona de origen. Por ejemplo la semana pasada fuimos para el lado de Esmeralda donde el biotipo de jugador de color negro, fuerte, grandote. En todos lados te encontrás con una característica distinta de jugadores", manifestó.
"Acá los jugadores sueñan con ser profesionales, uno está para guiarlos en eso y para abrir puertas. A los técnicos extranjeros que llegan acá les va bien y se los respeta mucho. Estoy muy ilusionado"
Lejos de su Caucete natal, Guayaquil donde está es una ciudad más grande que Córdoba y más chica que Buenos Aires. Julián García cuenta que están muy delimitadas las clases sociales. "O sos clase media-alta o clase baja y se nota muchísimo", asegura. El hecho de estar viviendo en un país dolarizado, al caucetero lo hace recordar a la crisis del 2001 en Argentina: "Vas al negocio y compras una coca por 50 centavos, el pan te sale 10 centavos, la banana 5 centavos. Con la devaluación de nuestro peso, todo es raro acá", cuenta quien ya se adaptó a las comidas típicas del lugar. "Acá haga calor o frío se toma si o sí sopa o sancocho, y después viene el segundo o `el seco` que es siempre un arroz, más el pollo con salsa o un estofado, o bife", afirma y agrega que en Ecuador se come más carne de cerdo o pescado y no tanto vacuno. Para no extrañar tanto las comidas argentinas existen varios restaurantes que hacen empanadas y pascualinas y también parrilladas.
Claro que no todo es color de rosas en tierras ecuatorianas, es que si bien García expresa que vive en una zona tranquila, el tema del narcotráfico hizo muy insegura a esa zona en los últimos años. "El narcotrafico creció mucho, hay mucha circulación de droga porque al estar muy cercano a la costa es más fácil para los narcos. El año pasado mataron a uno que era un "cabeza` por eso ahora está dividido por bandas y hay muchas peleas por territorio y manejo. Hubo varios asesinatos pero de personas que están metidos en eso, el resto es muy tranquilo, no hay muchos robos", manifestó.
El joven técnico sanjuanino afirma que no se arrepiente de su decisión de haber emigrado pensando en el porvenir de su pareja Karen y sus hijas Agustina e Irina, pero reconoce que también se pierde mucho, como el año pasado cuando en noviembre mientras dirigía en Colombia, falleció su papá Victor Hugo y también perdió a su mejor amigo: "Uno sabe que cuando decide partir pueden pasar cosas, pero perder a tu papá y estar lejos sin tu familia es un golpe durísimo. Pero esto es lo que elegí y ojalá que de frutos, es mi sueño y es a lo que aspiro", cerró el caucetero dejando en claro que sus sueños en Ecuador apuntan bien alto.