Como seguramente le pasó a muchos (conocidos y ajenos) solamente el correr de las horas posteriores a la muerte de Diego Armando Maradona hacen tomar dimensión del hecho. Esto fue lo que le sucedió a Oscar Ruggeri, que compartió un conmovedor discurso en el programa de ESPN en el que es panelista.
“Te cuesta llorar y desahogarte. Yo venía bien hasta que vi el auto (coche fúnebre) y vi que ponen el cajón con su nombre. Reaccioné cuando vi que el cajón decía Diego Armando Maradona. Hasta ahí no creía. Empecé a llorar solo. Cuando vi el nombre en el cajón me fueron cayendo las fichas”, reveló el ex compañero y amigo personal del Diez, que el miércoles pasado se enteró en vivo de su pérdida.
El Cabezón se tomó su tiempo para explayarse, descargarse y recordar a un hombre que marcó la carrera deportiva de todo el plantel seleccionado argentino en el Mundial 86: “¿Por qué estos tipos genios se mueren solos y jóvenes? Estos tipos que dieron tantas alegrías. Escucho decir a todos ‘qué feliz nos hizo’. Y yo era feliz de verlo también. Cuando él pisaba la cancha era la sonrisa. Les pregunté a muchos y decíamos lo mismo, que tenía una cara de paz, de paz enorme. De ‘ya está’. De felicidad en la cara. Una sonrisa”. Al mismo tiempo confesó que le llegó una imagen editada del Tata Brown, Cuciuffo, el profe Echeverría, el utilero y el masajista que lo emocionó: “El destino nos va juntando a todos otra vez allá en otro lugar”.
“Este chico nos hizo muy feliz, muy grandes a nosotros. Era muy difícil que hubiese levantado la copa si no lo hubiésemos tenido a él. No creo. Nosotros teníamos ventaja contra el resto, teníamos algo que no tenían los demás. Que era capaz de hacer los goles esos. Yo estaba ahí atrás mirándolo, ustedes en la tribuna o en su casa. En la altura, a las 12 del mediodía, con smog, los gambeteaba a todos cuando era imposible. Este gritó el gol y corrió, saltando y gritando más fuerte que cuando hizo el gol”, rememoró Ruggeri sobre la epopeya del 86.
Luego lo homenajeó y reconoció las bondades que Maradona tenía como capitán del plantel albiceleste en las concentraciones durante los compromisos internacionales. Desde manejarse como “uno más” hasta comprándoles obsequios a sus compañeros en los aeropuertos: “Gracias Dios por haberme permitido estar con él y todos los demás”.
Ruggeri admitió que dudó en concurrir al programa deportivo del que habitualmente participa pero se convenció al creer que era lo mejor hablar de Diego para tenerlo presente. “Es de locos. Estaba sentado acá el otro día y cuando vi las tres ambulancias en la casa por dentro dije ‘uy, mierda’. Yo creía que a este no le podía pasar nada. Después de las cosas que le habían pasado, digo ‘a este no le puede pasar nada’. No podía pasarle nada porque era el capitán, el tipo que nos indicaba adónde teníamos que ir”.
Como ya había hecho en alguna otra oportunidad, el ex entrenador afirmó que lo que más quiere hoy en la vida es tiempo: “Me cuesta pasarla bien solo. Cuando estoy solo, me asusto. Me voy a correr, me voy a jugar. Me da alegría que me estén esperando para jugar al fútbol y me tengan respeto. Soy feliz con mi familia. Y acá en el programa la paso bien, por eso vengo. El día que no la pase bien les doy la mano y me voy”.
Fuente: Infobae