En medio de las negociaciones para cerrar el acuerdo que le permita a la Argentina sumar fondos frescos para oxigenar las reservas y tener poder para intervenir en el mercado cambiario, en su Informe Anual Sobre el Sector Exterior, el FMI alertó ayer que el dólar oficial en Argentina ‘está atrasado entre 15 y 25% y debería estar arriba de $310.

Este nuevo informe del Fondo Monetario Internacional sobre la política monetaria de Argentina llega justo cuando hay alerta en el Gobierno por una nueva disparada del dólar blue que ayer sumó otros 5 pesos a su cotización para alcanzar otro precio récord en la city porteña de $525, lo que estiró la brecha con el tipo de cambio oficial (que ayer cerró a $281,35) a 95,24%. Además, no para la sangría de reservas del Banco Central que ayer tuvo que vender US$130 millones.

En concreto el informe del FMI ratificó que el precio del dólar oficial de equilibrio en la Argentina para que su economía funcione en un nivel óptimo debería valer 15%-25% más. Dado que hoy opera en $ 267 el dólar mayorista, el ajuste debería ser de casi unos $ 60 con lo cual el tipo de cambio pasaría a alrededor de $ 333.

Sobre que debería hacer Argentina para alcanzar el equilibrio cambiario, el organismo dirigido por Kristalina Georgieva consideró que "es crítico" implementar "políticas macroeconómicas prudentes que fortalezcan la cuenta corriente externa y la cobertura de reservas para asegurar la sostenibilidad externa". Y continuó:

"Las posibles respuestas políticas son una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado, para moderar el crecimiento de la demanda interna, reforzar la balanza comercial, reconstituir las reservas internacionales, recuperar el acceso a los mercados y garantizar la sostenibilidad de la deuda fiscal y externa’.

Además, el FMI volvió a pedir reformar estructurales, algo que resiste Sergio Massa, más en plena campaña electoral.

En ese sentido, el Fondo indicó que ‘se requieren reformas estructurales para impulsar la capacidad exportadora y fomentar la inversión extranjera directa’. Según apunta el informe, cuando la situación económica restablezca "la estabilidad y confianza", habrá que "eliminar las prácticas de monedas múltiples y las restricciones cambiarias, es decir, el cepo al dólar".

"Se prevé que la balanza de cuenta corriente alcance un superávit en 2023, a pesar de las condiciones de sequía que afectan a las exportaciones agrícolas, debido principalmente a la moderación de la demanda interna y de las importaciones, la mejora de la relación de intercambio de productos básicos y el aumento de los ingresos por intereses de los activos privados argentinos en el extranjero".

Por otro lado, sostiene que las medidas de control "contribuyeron a contener las salidas de capital, aunque introdujeron distorsiones que desalientan el comercio y la inversión extranjera. Y advirtieron: "estas medidas no sustituyen a unas políticas macroeconómicas sólidas". "Si bien son necesarias para hacer frente a los desequilibrios, los controles a la importación y otras similares deberían eliminarse, y es necesaria una flexibilización para fomentar la Inversión Extranjero directa".

 

> A contrarreloj se negocia el acuerdo

A contrarreloj, el equipo económico avanzará ayer, por segundo día consecutivo en Washington, en el cierre de las negociaciones con el Fondo Monetario. Gabriel Rubinstein y Lisandro Cleri, viceministro de Economía y vice del Banco Central, ambos funcionarios de máxima confianza de Sergio Massa tienen a cargo una parte medular de la negociación: de qué manera el Gobierno logra una mejora en la competitividad del tipo de cambio sin necesidad de una devaluación abrupta.

La otra columna de las conversaciones pasa por el capítulo fiscal: los técnicos del FMI objetan el desvío de las cuentas públicas de los últimos meses y quieren que la Argentina cumpla con la pauta de rojo del 1,9% del PIB firmado en la última revisión. Massa espera el desembolso inmediato de al menos US$ 4.000 millones.