Luego de la primera reunión de gabinete del año, el Gobierno convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer el dato saliente del encuentro. El encargado fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien precisó: “El presidente (Mauricio Macri) ha tomado la decisión de no convocar a sesiones extraordinarias en febrero y trabajar en un calendario legislativo regular, a partir del 1 de marzo”.
Al ser consultado sobre la razón de esa resolución, el jefe de ministros desestimó las especulaciones sobre un presunto desacuerdo con el peronismo, en particular con Miguel Ángel Pichetto, líder del PJ en el Senado.
“La decisión no se debe a ningún cortocircuito. Se discutió tener una o dos sesiones en febrero pero consideramos que no valía la pena hacerlo”, explicó Peña.
Es sabido que la falta de consensos –Cambiemos no tiene mayoría en ninguna de las dos Cámaras– motivó durante fines del año pasado la postergación de algunos proyectos de ley, particularmente, el de reforma laboral.
Peña aclaró que la decisión se tomó en conjunto con las autoridades legislativas y “en función de tratar de trabajar en la normalización de la actividad parlamentaria. Esperamos que ya en las primeras sesiones del año estemos hablando de avances en algunas de las leyes pendientes”.
En este sentido, el jefe de Gabinete recordó que la cúpula de la CGT respaldó en numerosas oportunidades el proyecto del Poder Ejecutivo. “Creemos que la reforma laboral es beneficiosa para los trabajadores”, enfatizó Peña. En este marco y “más allá de la opinión de algunos sindicalistas sueltos”, Peña aseguró que “si ellos quieren enviar nuevas modificaciones”, el Gobierno está “dispuesto a discutirlas”.