El Gobierno decidió postergar un mes el ajuste del impuesto a las transferencias de los combustibles que tenía previsto entrar en vigor el 1° de junio próximo, según consignaron fuentes de la Secretaría de Energía.
La medida iba a entrar en vigencia el próximo sábado e implicaba un aumento en el precio de venta final de los carburantes.
La decisión se tomó "para evitar un impacto en la inflación" y se publicará un decreto presidencial con la suspensión del ajuste del gravamen a la transferencia de los combustibles, indicaron fuentes de la cartera energética.
Para el próximo sábado estaba previsto un nuevo aumento en las naftas y el gasoil por la implementación de una suba sobre los impuestos a los combustibles que luego tendría impacto en los precios que pagan los consumidores en las estaciones de servicio.
Esta actualización correspondía al Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono, que se aplica cuatro veces al año: en marzo, junio, septiembre y diciembre, en base a los aumentos del Indice de Precios al Consumidor (IPC) de los tres meses anteriores.
A pesar de esta decisión, las petroleras aseguran que hay un retraso en los precios de entre un 12% y un 15%. Por lo tanto, no se descarta que se realicen los aumentos descontando sólo lo del impusto a la transferencia de combustibles.