En alerta por el pico de casos y de muertes registradas en las últimas 24 horas y con la mira puesta en el nuevo decreto de necesidad y urgencia que, sin la ley para el manejo de la pandemia aprobada, deberá firmar el Presidente para renovar la cuarentena, el Gobierno convocó al comité de expertos para evaluar más restricciones a partir del fin de semana.
La reunión fue convocada a las 18.30, en el Salón Norte de Casa Rosada y estará liderada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Sin agenda pública, en el Gobierno no descartan que Alberto Fernández haga un alto en su agenda para sumarse al encuentro, teniendo en cuenta que el propio mandatario contó este martes en declaraciones radiales su extrema preocupación por el avance del coronavirus y la escalada en la curva de contagios y fallecidos.
Dentro de ese contexto de alarma, en Balcarce 50 rescataron en las últimas horas el cambio de postura de distritos que, semanas atrás, se opusieron a endurecer las restricciones. No sólo se referían a la Ciudad de Buenos Aires: por caso, este martes a la noche en los despachos de funcionarios nacionales se escuchaban quejas contra la administración del santafesino Omar Perotti, a quien se acusó de "imitar a (Horacio Rodríguez) Larreta" por su resistencia inicial a imponer medidas y a la suspensión de clases presenciales.
De todos modos, es la tregua con la Ciudad lo que despeja el camino para que, a priori, el Gobierno avance con más restricciones sin conflicto político.
En la reunión de este martes en Casa Rosada, Cafiero no se la hizo fácil a su par porteño, Felipe Miguel, quien junto a su ministro de Salud, Fernán Quirós, debió escuchar los reproches por no haber acompañado las medidas del Presidente. "Esto no da para más, hay que tomar medidas", fue la conclusión que le escucharon al jefe de Gabinete, tras cuestionar a la Ciudad por "desengancharse de la estrategia nacional".
El "reto" se dio en un escenario en el que la Ciudad coincidió en el análisis de que se alcanzó una situación "muy crítica" del sistema sanitario, pero todavía parece no estar dispuesta a conceder la suspensión de clases presenciales en las escuelas primarias y sólo estaría dispuesta a analizar virtualidad para las secundarias.
“Es lo último que vamos a cerrar”, repiten desde el Gobierno porteño, en línea con el mensaje que Miguel le transmitió a Cafiero. En cambio, la Ciudad podría endurecer las restricciones y estaría dispuesta a acompañar lo que defina Fernández, que, como manera de reivindicar la estrategia que trazó ("El tiempo me está dando la razón", se jactó en radio 10) tiene pensado reeditar los fundamentos del DNU que Larreta impugnó ante la Corte Suprema de Justicia.
Descartado por el propio Fernández el regreso a Fase 1, una de las medidas que puso sobre la mesa el Gobierno nacional fue la posibilidad de implementar un "lockdown" que prohíba la circulación el fin de semana, como mecanismo para cortar con el relajamiento social que, entienden, ocurre por fuera de la jornada laboral.
“Los contagios no están en las fábricas ni en los trabajos que cumplen con los protocolos: se dan cuando la gente baja la guardia”, explican desde Nación.
Algo similar piensa el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien el sábado 1 de mayo montó un polémico operativo de control de temperatura en plena Panamericana para visibilizar que el fin de semana miles de personas se trasladan para reunirse en countries en Provincia, cuando las reuniones sociales están prohibidas por el decreto presidencial.