Decenas de docentes alzaron su voz este miércoles en una nueva protesta en Caracas y otras ciudades venezolanas para exigir al régimen de Nicolás Maduro “salarios justos” y mejores condiciones laborales frente a la pandemia del Covid-19, que ha agravado ya la infernal situación económica del país.
Al grito de “quiero un sueldo digno para quedarme en mi país”, los educadores convocados por los movimientos magisteriales se concentraron en las inmediaciones del Ministerio de Educación para rechazar “los salarios de hambre”, de unos 3 dólares al mes.
Entre las múltiples imágenes de indignación, se viralizó el reclamo de una docente que, desencajada, gritaba al cordón policial que escuchaba con poca atención las consignas.
“Quiero comer bien. No es posible que todas las mañanas me levante y no tenga qué darle a mis hijos. No es posible, ¿hasta cuándo?”, exclamó furiosa.
Además, detalló la ínfima cantidad que recibió y lo poco que alcanza, ante la enorme inflación del país: “Dolarizaron todo menos mi sueldo. Un mes de aguinaldo, ¿cuánto fue? 1.500 bolívares. ¿Qué compré? Medio cartón de huevos, harina pan y media mantequilla. ¡No es justo!”.
Con sus tapabocas, los presentes mostraron pancartas, en las que se pudo leer “por un salario igual a la canasta básica” y gritaron frases contra la dictadura de Maduro a la que responsabilizan de tener a los docentes “mendigando para comer y comprar medicinas”, y de acabar con la “educación de calidad” en el país
La educadora Luisa Penalette afirmó que el gremio solo está pidiendo que garanticen el cumplimiento del artículo 91 de la Constitución, que establece que “todo trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir sus necesidades”.
“Sin maestros no hay escuela, y con esos salarios un maestro está condenado al hambre y la miseria. Apoyar la lucha justa por el salario es apoyar a la educación del país”, aseguró
Precisó que “un directivo, docente V con maestría, sumando todas las primas gana 2.300.000 bolívares (el equivalente a unos 5 dólares)”.
“Nadie se mete a maestro para ser rico, pero aspirar a un salario justo, es lo mínimo. Con los actuales salarios un maestro no puede comer ni dar de comer a su familia”, enfatizó.
Asimismo, Sara Aponte, una docente con más de 10 años de servicio y con maestría, rechazó la “pobreza extrema que tenemos con estos salarios de miseria”. “Parecemos indigentes, una canasta con 8 productos básicos cuesta casi 10 millones de bolívares, (unos 22 dólares) y el ingreso mensual es de 1.500.000 bolívares, (3 dólares)”, fustigó.
A su vez la líder sindical Griselda Sánchez resaltó que “los maestros seguiremos en la calle hasta recuperar nuestros derechos y el sistema educativo”. Indicó que los niños y jóvenes no están adquiriendo los conocimientos necesarios para capacitarse, y que la política de educación a distancia de Maduro no es posible en un país donde además fallan constantemente los servicios públicos.
“Rechazamos la educación a distancia porque no hay posibilidad de hacerla ni online, Aquí todos sabemos los problemas que hay con la Internet, además los docentes no tienen teléfonos inteligentes cómo van aprender nuestros jóvenes”, cuestionó.
Asimismo, destacó que “20% de los estudiantes están desnutridos y el primer paso para que un joven aprenda es que se alimente y los docentes tampoco se alimentan bien”.
En tanto otro grupo de maestros protestó a las afueras de la sede de la Inspectoría del Trabajo, en el centro de Caracas, donde consignaron un documento con sus reclamos.
La protesta del Magisterio fue respaldada por los trabajadores sanitarios, quienes sumaron sus reclamos salariales y laborales. “El gobierno no da respuesta, pero no vamos a cesar en la lucha, en Venezuela sí hay dinero para pagarle a los trabajadores más de 400 mil bolívares que es el salario mínimo, no nos van a seguir metiendo esa excusa que por las sanciones no pueden reivindicar el salario”, afirmó Pablo Zambrano, dirigente del sector salud.
Las protestas de los docentes se replicaron en estados como: Miranda, Carabobo, Lara, Zulia, Táchira y Apure, entre otros.
El gremio de educadores reclama al gobierno un sueldo base, equivalente a 600 dólares para poder cubrir las necesidades básicas ante la galopante inflación, que de acuerdo con la opositora Asamblea Nacional registró hasta septiembre una tasa de 1.433,58% y una interanual de 3.246%.
(Con información de ANSA)