Lobos marinos en calles de Mar del Plata. El más claro ejemplo de que la humanidad, flora y fauna deben ser parte integral y armoniosa del plantea

 
Las aguas de Venecia volvieron a ser claras y tener peces. Por la calles de Mar del Plata los lobos marinos pasean sus pesados cuerpos. En el Nordelta porteño una familia de carpinchos camina disfrutando los jardines de hermosas casas. Científicos comprobado una importante disminución en el agujero de la capa de ozono. Incluso en San Juan se vieron animales silvestres en distintas zonas. Pareciera que todo estuviera volviendo a la normalidad natural. Entonces, se hace necesario traer a la memoria aquellos hechos de matanza de cabras por pumas cebados en las Sierras del Valle Fértil y el reclamo de los puesteros por la pérdida económica. Para entender esto les propongo autointerpelarse con estas preguntas disparadoras para lograr un análisis objetivo ¿De quién era ese lugar antes de que la cabras lo ocuparan? ¿Qué había dónde en la actualidad hay hoteles y restaurantes, en las dunas de la costa atlántica? 

Lo que está ocurriendo en varias partes del mundo es una clara evidencia de que el ser humano no hizo bien las cosas. Erramos al creer en una seudonormalidad complaciente a nuestros antojos sin darnos cuenta que debemos coexistir con otros seres en armonía. 

La cuarentena que se está experimentando en todo el mundo está produciendo todo esto. El objetivo principal de esta estrategia sanitaria es disminuir la propagación exponencial del Covid-19. Pero pareciera que en un corto tiempo estamos reparando el daño que nosotros, los hombres modernos, le hemos infringido al planeta durante más de 150 años. 

El comienzo de la revolución industrial fue la génesis de la agresión ambiental planetaria. Ahí comienzan los procesos de contaminación a nivel global con la invención de los motores a explosión, el uso de combustibles fósiles y la propagación de gases a la atmósfera. Posteriormente, otro hecho importante a tener en cuenta fue la aparición de los polímeros por 1860 como una materia fácilmente moldeable y adaptable, es decir el plástico de uso general. Pero además, de lo que se refiere al cambio de cada sistema de los procesos productivos señalados anteriormente, también cambió radicalmente la mentalidad del hombre. Ya no produciría para autoabastecerse, sino para complacer necesidades de otros, en un escenario de pujas de intereses que le llamó mercado. Esto parece una excelente razón altruista de aquella etapa que cambió los procederes del ser humano, es decir producir más en beneficio de otros hombres. Pero se demostró que no fue así. El hoy es un claro ejemplo, más no era el verdadero objetivo de aquel capitalismo emergente. El objetivo principal fue y será la acumulación de riquezas en pocas personas, lo demás no importó. Poco le afectó la desaparición de más del 38 % de los bosques del mundo, poco le importó la extinción de especies animales, la idea era acumular y acumular, error. 

La actual realidad ambiental, incluye lo económico y social, es sólo un impasse de no saber la solución a lo que está pasando. Buscamos la respuesta de cómo frenar la pandemia que ha puesto a todos por igual en mismo plano. Con dinero o sin dinero, estamos al alcance de sus fauces. Mientras, otros seres disfrutan tranquilos del espacio, negado durante siglos por el hombre moderno. La solución amerita urgencia. 

 

Por el Prof. Osvaldo Olmo Gómez
Técnico en Enseñanza Agropecuaria