Buenos Aires, DyN
El estilista chubutense Omar Narváez dio ante noche una muestra sobresaliente de su vigencia y clase y le ganó la eliminatoria mundialista al ruso Nikolai Potapov por nocaut técnico en el octavo round del combate que se desarrolló en el porteño escenario de Obras Sanitarias.
Tal como es habitual en él, el Huracán (53,450 kilos) estudió a su hasta entonces invicto adversario (53,350) en los dos primeros capítulos y una vez que tuvo el diagnóstico exacto empezó a exhibir su gran jerarquía, a pesar de tener ya 42 años, y lo forzó a desistir de salir a afrontar el octavo episodio.
La diferencia de nivel se tornó ostensible desde el quinto segmento y el boxeador visitante terminó siendo apabullado.
Narváez, quien ya fue campeón mundial mosca y supermosca, obtuvo así el derecho para ir en procura de la corona gallo OMB que se halla en poder del noqueador sudafricano Zolani Tete.
Al principio, el ruso radicado en los Estados Unidos procuró imponer su mejor estructura física para la categoría, aunque lo hizo sin correr riesgos innecesarios, con prudencia.
Especialmente en esos dos episodios primarios el nacido en Trelew tuvo un comportamiento pasivo, como ocupándose de darle forma a los estudios que le permitieran precisar a quién tenía sobre el cuadrilátero.
Pero desde el tercer asalto Narváez activó su gestión y sus manos tomaron como destinatario cada vez con más variedad y frecuencia a un Potapov que parecía devaluarse minuto a minuto.
En el cuarto ya el recital con guantes incrementaba el entusiasmo de los aficionados que comenzaron a impulsar, aclamar y ovacionar a un Huracán que los hizo disfrutar. Narváez pasó finalmente por encima a un Potapov que era incapaz de detenerlo y las trayectorias de uno y otro quedaron reflejadas sin dejar lugar ni para una mínima duda.