Su nombre viene sonando como presidenciable, fruto del impulso de dirigentes de diversos espacios. Se trata de Roberto Lavagna, el exministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner y excandidato al máximo cargo nacional en 2007. En una entrevista exclusiva en el programa "A todo o nada" de Radio Sarmiento, la tercera que da en el año, el economista resaltó que está buscando crear consensos amplios, prefirió no adelantar si será candidato y remarcó que las PASO no son el mejor escenario para lograr la unidad. También se refirió al Gobierno nacional, sobre el que dijo que reina el ajuste.

 

– Medios nacionales señalaron que su visita era que estaba calzándose el traje de candidato presidencial, ¿se va a postular?

– Candidatos hay tantos, ocupémonos más del país. A lo que vine, además de aceptar la invitación a la Fiesta del Sol, es a seguir hablando de tratar de crear consensos. De lo que estamos absolutamente seguros es que en un país en donde hay una grieta muy profunda es muy difícil crecer. Los países divididos no crecen y Argentina hace ocho años que no crece, es decir, hoy el nivel de ingreso promedio de los argentinos es el mismo que en el 2007. Ocho años de estancamiento y un retroceso de casi 12 en términos del producto per cápita no es muy habitual en el mundo.

– ¿Pero no le interesa ser protagonista de ese cambio que necesita el país?

– Sí, pero uno empieza por ser protagonista trabajando en torno a ideas. Y la idea matriz es que sepamos que el país no sale manejado por un sector, necesita de consensos políticos, no unanimidad, pero si consensos muy amplios. Uno de los errores es creer que hay gobiernos minoritarios, que a lo mejor tienen el 30 o el 35 por ciento de los votos y pueden hacer y deshacer en la vida de los argentinos. Eso no va.

– ¿Apunta al kirchnerismo?

– Me refiero a los ocho últimos años, no a una persona. Se puede ganar una elección pero eso no autoriza a nadie a creerse que tiene la suma del poder.

– Hay varios dirigentes que lo están postulando para que encabece una propuesta, entre ellos Uñac, ¿estaría en condiciones?

– Estamos trabajando y lo último de todo es el tema de las performances. Lo primero es lo de los acuerdos. Ya hay acuerdos con un sector del justicialismo, con el socialismo, hay muchas charlas con sectores radicales y del desarrollismo. Eso tiene que ir tomando cuerpo.

"Lo que hay es una estanflación, estancamiento con inflación. Y ahora se agrega la deuda".

– ¿Logró acordar ayer (por el viernes), por ejemplo, con Sergio Massa?

– No hablamos de candidaturas, hablamos básicamente hacia dónde queremos ir. La potencialidad de Argentina es enorme, pero resulta que siempre es potencialidad y lo que necesitamos es transformar la potencialidad en beneficios de todos los argentinos.

– ¿Ve que Massa está como dispuesto a ceder a alguna pretensión en el marco de este acuerdo?

– Pero no es lo importante, la realidad es la otra. Lo que tenemos que definir es un modelo de crecimiento, que además sea de desarrollo inclusivo. Discutamos qué vamos a hacer para poner en marcha ese potencial que Argentina tiene. No quiero ver más la palabra ajuste, basta de ajuste, hay que producir mucho más.

– El presidente Mauricio Macri anunció hace poco una ayuda a las economías regionales, que consistió en una baja de aportes patronales, lo que fue muy mal recibido…

– El incentivo a las economías regionales fue un parche. En el Gobierno nacional no hay una concepción de cuál es el papel que las economías regionales juegan en términos de la ocupación del territorio nacional para que todo no se concentre finalmente en unas pocas ciudades y especialmente en Buenos Aires. La concepción es la del ajuste, las cuentas dieron esto, dieron lo otro. Es de todos los días.

– Si mañana se tiene que hacer cargo del Ministerio de Hacienda, ¿qué haría?

– Lo que hay que buscar son políticas, que no es una. El que cree que es una medida se equivoca, es un conjunto.

-¿Cuáles serían esas políticas?

– Por empezar, un ordenamiento de precios que tenga en cuenta cuál es el grado de competitividad y de productividad de la economía en general y de ciertas regiones del país. Me contaban que el año pasado hubo importaciones de vino, pero eso es porque hay algún precio en la economía fijado artificialmente que permite que ese vino llegue. Esta es una zona que produce, que es razonablemente competitiva pero no lo es cuando el Estado es el que paga tasas de interés para arriba del 50 por ciento, ¿quién puede competir con eso?

-¿Cerraría importaciones?

– No, lo que uno tiene que tener es un conjunto de precios, lo que se llaman los precios relativos, es decir, el salario, la tasa de interés, el tipo de cambio. Todas esas cosas tienen que estar alineadas, si alguna no lo está, hay avalancha de importaciones o una fenomenal caída del consumo o el Estado se traga todo el financiamiento, porque es el único que puede pagar tasas fenomenalmente altas. Lo que hay hoy es un desorden de precios relativos que el Gobierno ni siquiera lo mira, porque lo único que mira es cuánto le da la cuenta a fin de mes de ingresos fiscales.

– ¿Cuál es el valor que tiene que tener el dólar para que le permita al empresario trabajar y que no le coma el salario a un trabajador?

– Es difícil, esto es así. No es a cuánto tengo el dólar. Es a cuánto tengo el dólar, a cuánto los salarios, en cuánto está la tasa de interés. Es un conjunto. Hoy está desordenado.

-¿Con qué país se va a encontrar quién asuma en la Presidencia?

– Se va a encontrar con un país que hace ocho años que no crece. Se trata de datos oficiales. La producción de hoy es la misma que hace ocho años y como la población crece un poquito más del uno por ciento por año, el ingreso promedio de los argentinos equivale al de 2007. Se va a encontrar con una tasa de inflación que se ha venido acelerando y que es el doble de la que era hace tres, cuatro años y con una enorme deuda externa. Y se va a encontrar un conjunto de precios, precios relativos, salarios, tipo de cambio, tasa de interés, que no están alineados como para crecer. Están alineados para tener superávit en las cuentas públicas. 

 

– El Gobierno nacional viene diciendo que la economía va a mejorar, que van a llegar las inversiones, que el dólar se estabilizará…

– Es la hora cómica (Risas). Se acuerdan de los brotes verdes, el próximo semestre.

 

-¿Qué va a ocurrir este año?

– Cualquiera de los economistas que trabajan en detalle los pronósticos, de toda de fracción política, y hasta el propio Fondo Monetario, saben que este año vuelve a ser negativo en términos de nivel de producción, es decir, cae lo que se llama el producto bruto, el ingreso de los argentinos, la tasa de inflación no se desacelera como se había dicho e inversiones no hay, salvo aquellas que son subsidiadas. Porque no pueden competir contra un Estado absorbiendo todos los fondos que hay a tasas que ya vuelven a saltar al 50 por ciento. Entonces no hay indicios. 

 

-Clarín publico que en una reunión con empresarios había dicho que su mejor candidato a vice sería el gobernador de San Juan, Sergio Uñac…

-No fueron declaraciones mías, sería buenísimo en todo caso pero ni yo tomé la decisión. Y el Gobernador, por lo que entiendo, tampoco. 

 

-¿Pero no lo descarta?

– Ni siquiera estamos en esa etapa. Estamos en una etapa previa, no es el tema.

 

-¿A Uñac lo ve como posible candidato a algo a nivel nacional?

– Lo veo como un Gobernador exitoso, al igual que a su equipo. Cuando me dicen y veo las estadísticas de que la desocupación no llega al tres por ciento y a nivel nacional hoy ya están en los dígitos, quiere decir que acá está pasando algo distinto y hay que reconocerlo.

 

-¿Eso da chapa para jugar a nivel nacional?

– Eso da chapa por haber cumplido con su pueblo, con la responsabilidad que en algún momento se pidió y que de casualidad no deben haber ocurrido las cosas. Lo que pueden hacer los gobiernos es marcar la ruta. Algunos la marcan para el lado del ajuste, otros para el lado de producir más. 

 

– De no ser candidato, ¿qué nombre le gusta más?

-Terminó el reportaje (risas).

 

– ¿Puede responder?

-No.

 

-Pero digo, ¿qué sector lo atrae más?

– Le hablé del justicialismo, del socialismo, del partido radical, del desarrollismo. Nadie tiene hoy en Argentina más del 30, 35 por ciento de los votos con mucha suerte. 

"No se sale con frases bonitas. Uno escucha frases como "estamos con ustedes", "sabemos que es difícil".

– En el consenso que viene pregonando, ¿la figura de Cristina Fernández es un factor de desunión?

– Nadie tiene que ser factor de desunión. Nadie debe serlo, todos tenemos que estar dispuestos. 

 

-¿El kirchenirsmo tiene que estar dentro de esta gran coalición que usted propone?

– En todos los sectores hay grupos de gente, de pensamiento y demás que suscriben también a esta idea de que tenemos que salir de la grieta. Entonces, salgamos de la grieta y esto implica incluir todo lo que se pueda, pero no es un amontonamiento. Hay que hacer una tortilla, no un revuelto Gramajo. Son dos cosas distintas.

 

– A usted no le gusta la idea de unas PASO en la oposición, sino que haya un acuerdo. ¿Sigue pensando igual?

-Y sí. Las PASO tienen que ver con un sector en particular, alguien gana ¿y qué? Después se presenta y dice "soy yo" y los demás tienen que aceptar. Cuando uno está discutiendo ideas para un consenso, lo que tiene que hacer es sentarse en una mesa todas las horas que hagan falta y poner en blanco y negro cuáles son esos compromisos. 

 

-¿Va a estar en la foto con Urtubey, con Rossi, con Lifschitz, con Uñac?

– Con todos. La foto es una manifestación además de buena educación. Pero lo interesante es poder estar en términos de consenso, sino es simplemente una foto. 

 

– Pero los gestos siempre fueron importantes…

– Son importantes, el solo hecho de estar acá. Y si hay algo que me permití destacar hoy fue ese ambiente en el anfiteatro donde estuvimos presentando el libro de Naciones Unidas. Lo que uno veía era una ambiente de consenso, no era un ambiente de pelea. Eso es lo que tenemos que lograr

 

– ¿Era inevitable el arreglo con el Fondo?

– Los errores que había cometido el Gobierno, desde el primer día, eran de tal magnitud que terminó solo al borde del precipicio. Lo del Fondo fue un parche.