"La investigación del Fraser Institute se lleva a cabo de forma independiente. Para proteger nuestra independencia, no aceptamos financiación gubernamental ni contratos de investigación", señala el instituto en su página web. Esta institución tiene sede en Vancouver, Canadá, y produce investigaciones sobre las acciones gubernamentales en áreas que afectan la calidad de vida de los canadienses, como los impuestos, la atención de la salud, las cuestiones aborígenes, entre otras. Desde hace algunos años realiza también una encuesta anual entre empresas mineras, donde clasifica a las compañías según el atractivo que genera entre los inversores, y tomando para ello las respuestas de los ejecutivos de compañías mineras de todo el mundo. Por segunda vez consecutiva San Juan figura al tope de este ranking, por encima de países históricamente más mineros que la Argentina, como Chile, Perú, Brasil y hasta Centroamérica. Resulta tan positivo como llamativo que una provincia como San Juan, tan pequeña en el concierto nacional, haya logrado mantenerse primera en expectativa, justamente al convivir con señales en sentido contrario que permanentemente entrega la conducción del país. Además de que las reglas fiscales que presionan al sector nacen y mueren en el seno de las discusiones federales.
La encuesta del informe Fraser se distribuyó electrónicamente a 1966 personas entre el 23 de agosto y el 30 de diciembre de 2022 y recibió 180 respuestas voluntarias con datos suficientes para evaluar 62 jurisdicciones, incluidas San Juan y Argentina. El propio Instituto Fraser califica su trabajo como no formal: "La encuesta minera de Fraser Institute es una encuesta informal que trata de evaluar las percepciones de los ejecutivos de las empresas mineras con respecto a las diversas áreas de las políticas públicas óptimas y subóptimas que pueden afectar a la hospitalidad de una jurisdicción a la inversión minera", asegura.
San Juan tuvo muchas veces una buena consideración en los informes Fraser, pero la escalada positiva en el plano internacional ocurrió a partir de 2019, cuando saltó del puesto 64°al 21°; volvió al 49° en 2020; luego pasó al 22° en 2021, y al lugar 19° en 2022, el último disponible. Si se analiza la economía nacional durante esos mismos años, se puede decir que gracias a la pandemia, a la sequía, el contexto internacional y los errores del Gobierno nacional, fueron los peores de la economía de a pie, y de la macro también. Desde hace algunos años en Argentina conviven más de diez tipos de cambio de dólar: oficial, mayorista, blue, futuro, contado con liquidación, bolsa o MEP, ahorro, Cedears, ledes, cripto, Qatar (turista), solidario, lujo y Coldplay-cultura. La mayoría nació en la gestión de Alberto Fernández.
La brecha cambiaria, que es la diferencia entre el dólar oficial y las demás cotizaciones, ha tocado niveles históricos en el país: en algunos momentos entre este año y el que pasó superó el 100%. Para que se tengan proporciones, los tres récords que se recuerdan en la historia argentina ocurrieron en el período 1973-1975 (146%), en 1982 con la guerra de Malvinas (180%) y el pre "Rodrigazo" de mayo de 1975 (más del 200%). Si bien por fortuna actualmente no se llega a esos porcentajes históricos, no estamos lejos, lamentablemente. Hoy la brecha está cerca del 90% y con ese porcentaje puede decirse que hay dos países en uno.
El riesgo país, el termómetro que señala la temperatura política y económica y que se usa como herramienta de los inversores para evaluar a cada estado y definir dónde poner su dinero, también está en rojo con respecto a otros países como Brasil (259), Panamá (234), Perú (165), Uruguay (122). Argentina está en 2.572 puntos. Si de inflación se trata, Argentina también es noticia. El Indec informó que la suba de precios de marzo fue del 7,7% y la tasa anual ascendió a 104,3%, mientras que en Venezuela llegó al 4,2% y 501%, mensual e interanual. Le ganamos a Venezuela, no es poca cosa.
Pero si alguien quisiera invertir en Argentina y supiera que hay elecciones, ¿qué les pedirían a los candidatos a presidente? Eso es complejo, porque no se ve que muchos tengan a las economías regionales o al interior en primer plano y se nota en las declaraciones de cada uno: Horacio Rodríguez Larreta vino a quejarse de la inseguridad en San Juan, cuando en Ciudad de Buenos Aires no se puede salir a la calle después de las 7 de la tarde. Sin decir cómo, Patricia Bullrich habló de liberar el cepo cambiario, de controlar los planes sociales y de reducir el déficit, sobre todo el vinculado a la energía, pero nada respecto de la minería. Párrafo aparte para Miguel Ángel Pichetto, quien vino a criticar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando se fue del kirchnerismo reclamando institucionalidad. Todos dicen que apoyan la minería, pero ninguno dijo cómo harán para desarrollar Josemaría o para que Barrick y Shandong Gold no se vayan. Y seguramente si aparecieran Daniel Scioli, Sergio Massa, Cristina Fernández, o cualquier otro del Frente de Todos pasaría lo mismo. Peor fue Javier Milei, quien vino sólo a sacarse fotos, no habló con los medios, juntó veinte dirigentes, y se las tomó a su escondite en la Ciudad de Buenos Aires. Lo único que ayudaría es que no hagan nada de nada, que las empresas al menos sepan que esto va a ser así durante mucho tiempo.