En el primer semestre del año se han importado un poco más de 55 millones de litros de vino a granel, principalmente tinto. Es que tras dos cosechas que se inscriben entre las peores de los últimos 50 años, el stock de vino local se mantuvo muy ajustado, con valores en el mercado de traslado firmes, lo que hizo que las bodegas prefirieran abastecerse con vinos chilenos.
En las góndolas de los supermercados hoy se puede encontrar vinos tintos genéricos de las tres principales elaboradoras del país, con la leyenda “procedencia Chile”.
Pero durante la última semana varias cámaras de productores, principalmente de la zona Este de Mendoza y de San Juan, advirtieron que al existir diferencias en la legislación entre Chile y Argentina, los vinos que ingresaron a nuestro país, lo harían en “inferioridad de condiciones”, y lo que es aún más grave, “con un supuesto porcentaje de agua superior al permitido en nuestro país”.
Ante estas declaraciones, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura se emitió un comunicado en el que desmienten la falta de controles, y sostienen que “Argentina suscribió junto con Australia, Georgia, Canadá, Chile, Estados Unidos de América, Nueva Zelanda y Sudáfrica, un Acuerdo de Aceptación Mutua de Prácticas Enológicas, aprobado e incorporado a nuestra legislación por Ley N° 25.960 de fecha 3 de diciembre de 2004”.
Desde el INV aclaran que “se exige para la circulación de vinos importados en territorio Nacional, el estricto cumplimiento de lo establecido por el art. 22 de la Ley N° 14.878, esto es, la presentación de certificado de genuinidad y aptitud para el consumo expedido por las oficinas autorizadas del país de origen, sin que estos productos puedan ser mezclados con otros productos importados y/o con vinos nacionales”.
Y agregan que el INV dictó la Resolución N° C.30/2016 que exige a los productos importados a granel presentar los antecedentes de elaboración expedido por autoridad competente del país de origen, donde consten las variedades de uva utilizadas en la elaboración y su adecuación a las exigencias que en tal sentido rigen para vinos nacionales.
Tanto en la provincia de Mendoza como en San Juan todas las partidas ingresadas fueron muestreadas y controladas en un 100%. En San Juan desde octubre de 2016 a julio del año en curso ingresaron un total de 20.600.000 litros bajo 24 análisis de origen chileno, que fueron muestreados en su totalidad. A posteriori se realizaron nuevos controles tanto en pileta como en su fraccionamiento en un 100%, constatándose la correspondencia analítica.
Fuente: Los Andes