El joven chofer de una distribuidora que el pasado 27 de abril, en Rawson, embistió con su auto y causó la muerte de una joven mujer policía, madre de una beba, no sería excarcelado. Sería así porque las autoridades judiciales analizan aplicar un agravante al delito que le imputan: homicidio culposo (matar sin intención) por conducir en estado de ebriedad: tenía 1,6 gramos de alcohol en sangre, cuando lo permitido por ley es 0,50, dijeron fuentes judiciales. Ese agravante eleva la escala penal del delito investigado.
Eduardo Francisco Calvo (23) conducía un Peugeot 405 sobre las 7 de la mañana del 27 de abril pasado, con dirección al norte por el lateral Oeste de la ruta 40, entre bulevar Samiento y calle 5, en Rawson. En sentido contrario la agente Gabriela Romano (24) volvía a su casa en Pocito a bordo de una moto Appia 110cc.
La joven había pasado la noche trabajando en el Cuerpo de Prevención y Seguridad Ciudadana, y a la salida tuvo inconveniente: se llevó a su casa una llave de su trabajo, regresó a devolverla y al momento del choque volvía otra vez a su casa. Ocho horas después falleció.