Refugio en la Cordillera de los Andes, en la provincia de La Rioja, de la época de Domingo Faustino Sarmiento como Presidente.

 

Hoy, sábado 11 de septiembre, se cumple 123 años del paso a la inmortalidad de nuestro querido Domingo Faustino Sarmiento, el Gran Maestro de América, nacido en nuestra amada provincia de San Juan. Pero quizás una fecha más significativa sea que este año se cumplieron 210 años de su natalicio. 

Sabemos que Sarmiento fue un gran impulsor de muchas ideas y proyectos para una Nación que estaba naciendo y creciendo como tal, luego de haber pasado como 50 años de guerra civil. Más precisamente la época de los Unitarios y Federales. Recordemos que fue gobernador de San Juan entre 1862 y 1864, presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874, senador nacional por su provincia entre 1874 y 1879 y ministro del Interior en 1879. 

No hay ninguna duda de que fue un gran educador e impulsor de grandes proyectos educativos entre los tantos trabajos que desarrollo. Pero la idea de este artículo es rescatar quizás algunas facetas que no son tan conocidas de Sarmiento. Sabemos que el espacio geográfico como la montaña fue algo importante para este sanjuanino. Ya que fue un gran impulsor de la actividad minera en la provincia, pero también tuvo la visión e idea de mandar a construir refugios en la Cordillera de los Andes con el objetivo de que sirva para protegerse de los grandes temporales cordilleranos. Principalmente por el Viento Blanco.

El proyecto para construir refugios de piedra en los pasos riojanos y sanjuaninos hacia Chile fue iniciado por el entonces presidente de la Nación Bartolomé Mitre (1862-1868), que fueron los mínimos estos fueron los dos primeros refugios (entre 1864 y 1865) y concluido por su sucesor, Domingo Sarmiento (1868-1874) que fueron los máximos los 11 restantes el último se levantó en 1873.

 

Importancia de los refugios

Como parte de una estrategia geopolítica de afianzar el territorio nacional en la altura de los Andes, y al mismo tiempo de garantizar el éxito de la exportación de ganado en pie hacia Chile, se construyeron 14 refugios de piedra por "el camino de los Toro", lo que hoy se conoce como el paso de Pircas Negras. Se emplazaron a 30 kilómetros uno del otro, aproximadamente, que es la distancia que puede recorrer un arriero a pie junto con su hacienda.

En el siglo XVII, la conexión entre las provincias de La Rioja y San Juan con Chile tenía un intenso tránsito de ganado que llegaba a más de 10.000 bueyes al año. Estos eran necesarios para el consumo en la zona de Copiapó y sus adyacencias. Los pasos de ese entonces entre Argentina y Chile llegaban a superar en ocasiones los 4.000 metros de altura y había que cruzar extensos páramos sin vegetación ni abrigo alguno. Muchos viajeros y arrieros sucumbían sin remedio al ser sorprendidos por las inclemencias climáticas.

 

Modelo de edificación

El modelo en la mayoría de estos refugios eran de bocas de ingreso a los refugios están mirando hacia el noreste, para aprovechar la luz, y evitar el viento. Adentro se mantiene muy bien la temperatura, tiene un sistema de ventilación para hacer fuego y el humo sale por un tiraje en el techo. Están hechos con piedra del lugar y argamasa, una especie de adobe con cal y arena muy resistente. Los arrieros tardaban entre una semana y 10 días para cruzar la cordillera y llegar a Copiapó, pasaban la noche en estos refugios, donde tenían un corral de piedra para alojar al ganado de acuerdo con los relatos de los distintos arrieros y las crónicas de fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX .

El diseño de estas construcciones, con solo un ingreso principal y un orificio de ventilación en su techo en forma de cúpula, se habrían inspirado en las viviendas árabes o mongoles, sin que haya consenso sobre el punto. Si bien el dato nunca fue confirmado, su similitud con algunos refugios del norte de España correspondientes al período de la invasión árabe es muy similar. Aún cuando no hay certeza sobre el origen de su diseño, lo cierto es que las construcciones resultaron muy resistentes, casi indestructibles. Llevan 150 años en pie y han demostrado soportar el peso de la nieve, los temblores andinos, los vientos fortísimos y las temperaturas extremas. 

Hubo un antecedente de refugios en los pasos cordilleranos de la provincia de Mendoza, pero con una arquitectura distinta, construidos durante el principio del Virreinato del Río de la Plata, allá por 1780. Los refugios eran más pequeños y emplearon otros materiales como el ladrillo cocido. Se los conoció como "Los refugios del Rey".

 

Construcciones

Algunos de los refugios construidos fueron el de Mulas Muertas (4.230 m.); El Retamo, Laguna Brava o del Destapadito (4.330 m.); Veladero (4.395 m.); Barrancas Blancas (4.120 m.); Zanjoncito (4.159 m.); Come Caballos (4.090 m.); Laguna Verde (4.242 m.); Fandango (4.262 m.); El Pastillo (3.837 m.); Pucha Pucha (3.738 m.); Pastos Amarillos (3.820 m.); Pastos Largos (3.853 m.).

 

Por: Martín Andrés Carelli
Profesor de Historia, docente de la UNSJ – FFHA,
miembro de la Junta de Estudios Históricos
de San Juan, montañista.