Con el corazón destrozado y con un sinfín de preguntas sin respuestas. Así se mostró Armando Baquel, el marido de Johana Ramírez, la joven de 20 años, que luego de dar a luz a su beba, tuvo que ser internada por fuertes dolores en la parte baja de la espalda y en la zona de las costillas y este martes en la mañana falleció.
Familiares de Johana aseguran que hubo mala praxis y no entienden cómo pudo morir una mujer "que gozaba de buena salud y disfrutó su embarazo". Armando relató con la voz quebrada y a la vez indignado que le dijeron que estaban esperando "a que se corte" y hasta le permitieron ingresar a la habitación para despedirse de ella.
"Cuando la vi su respirador estaba funcionando y su corazón no. ‘¿Estás jugando conmigo?’, le dije al médico porque ya estaba muerta. Sólo pude abrazarla y besarla", expresó con dolor.
Armando relató con pena que la última vez que vio con vida a su mujer fue cuando le llevó a su pequeña para que le diera el pecho: "La estaba amamantando con tanto amor y a los minutos sufrió dos paros cardiacos".
También confesó que trataban de sacarlo siempre pero cuando lo echaban por una puerta, entraba por la otra. "Quería estar con ella y siempre pedía por su bebé. La extrañaba. Disfrutó tanto su embarazo, estaba tan bien que no entiendo cómo terminó así", aseveró.
Tratando de tragar su angustia, arremetió contra el área de Maternidad del Hospital Rawson. "Voy a ir hasta las últimas consecuencias para que esta gente pare de matar", enfatizó. Y sin parar de repetir, Armando aseguraba que "le quitaron la mamá a mi hija". "Qué le voy a decir a mi bebé cuando me pregunte por su mamá", cerró con mucho pesar.
El marido de Johana radicó la correspondiente denuncia en la UFI – Delitos Especiales para que investiguen qué ocasionó el mal estado de salud de la mujer y su posterior fallecimiento.
El relato de los hechos
"Ella empezó con dolores de parto el 17 de octubre. La llevé al hospital y tenía dos centímetros de dilatación y contracciones cada 10 minutos. Le pusieron una buscapina inyectable y me dijeron que la llevara a casa y que volviera cuando las contracciones fueran cada 7 minutos. A los dos días la llevé otra vez, repitieron el procedimiento y nos dijeron que regresáramos cuando las contracciones fueran cada 5 minutos. El jueves fuimos y nos mandaron otra vez a la casa diciendo que teníamos que ir de nuevo cuando fueran cada 3", relató Armando Baquel.
Finalmente, el día 26 de octubre, nueve días después del inicio de las contracciones, Johana queda internada. Sin embargo, el calvario prosiguió. "Mi mujer es bajita, mide 1.50 metros, es muy delgadita y la obligaron a tener un parto natural con una gorda que pesaba más de cuatro kilos. La tuvieron 16 horas en preparto, la partera le faltó el respeto, le gritó, la obligó a hacer flexiones con las piernas abiertas hacia abajo hasta que reventó en sangre", agregó el papá de la beba.
Según contó, la joven pasó parte del embarazo con anemia e hipertensión. "Yo hablé con la mujer que la estaba atendiendo y me faltó el respeto. Le pregunté si debía firmarle un papel para que le hicieran cesárea por lo que era estrecha y me dijo ‘no me digás lo que tengo que hacer, yo hago lo que quiero y sino vení y operala vos’", sostuvo Armando.
Luego del nacimiento de Ambar, tanto la mamá se fueron a su casa. Sin embargo, el papá de la recién nacida notó que algo no andaba bien y decidió trasladar nuevamente e su mujer al Hospital Rawson. "Entró y a la hora le dieron dos paros respiratorios, le hicieron RCP durante 50 minutos. Lograron salvarla y la dejaron en Terapia Intensiva".
Del relato del hombre se desprende que luego de realizarle unos estudios, a Johana le encontraron "sangre y gasas en la panza, además de un corte en el hígado, por detrás de la columna". "Eso le provocó una hemorragia. Los médicos de terapia la operaron urgente. Después me llamaron a Maternidad, donde me empezaron a interrogar para saber si se había caído o si alguien la había golpeado por el corte que tenía. Nos quieren echar la culpa a nosotros", señaló.
