La globalización afecta al mercado local de la información. Es así como hace tiempo que todas las noticias son internacionales. Un ejemplo de esto es la llegada de la noticia de la “Cheta de Nordelta” al diario “El País”, de España, como a diferentes medios de Latinoamérica. En este mundo globalizado e interconectado, se divulgó como reguero de pólvora, luego de que alguien difundiera un audio de Whatsapp. En el mensaje, una mujer se queja de que sus vecinos toman mate en reposeras. Todos al borde de la pileta con perros que “gritan”. Mientras, ella sostiene que, posee ciertos valores estéticos y morales por lo que no puede soportar esa situación.
Ante esto, los usuarios de las redes sociales, usaron la capacidad de una tecnología de red para distribuir horizontalmente mensajes de repudio y videos realizando parodias a la mujer. La gran repercusión del contenido generado por esta mujer, logró que “#ChetaDeNordelta”, se volviera tendencia en Twitter.
Luego de este episodio, los medios de autocomunicación, en este caso las redes sociales, colaboraron con la organización de una “mateada masiva”, frente al exclusivo barrio privado.
Si consideramos a la opinión pública como aquella que puede ser expresada en público, sin riesgo de sanciones, tenemos que tener en cuenta que el proceso de su formación está fundado en la “espiral del silencio”. En este caso, aquellas personas que compartan los mismos códigos de estética visual y de estética moral que la mujer, estarán menos predispuestos a expresarse frente a una supuesta mayoría que defiende “el mate, al costado de la pileta junto a sus perros”. Podemos considerar que la gran repercusión de la noticia está vinculada a la preferencia del público por temas de esparcimiento. El interés por estas noticias es “global”. Existe un ojo puesto en el resto del mundo y otro en la nación, provincia y ciudad. Esto explica la llegada de la noticia a diversos lugares del mundo.
En conclusión, se puede considerar que esta noticia adquirió importancia debido a que a través de ella salen a la luz diferencias sociales y culturales entre habitantes de barrios ricos y pobres. Así se reabre esa brecha cultural que no tenía tanta difusión.
En este sentido consideramos a este hecho como un acontecimiento entorpecedor. El público no depende tanto de la televisión o de los periódicos para informarse, la experiencia cotidiana pone a este suceso en boca de todos y así el rol de establecimiento de agenda-setting de los medios no revela impactos en este tipo de acontecimientos.
