El Dr Salvador Mazza luchó también contra una sociedad que, a veces por ignorancia o por intereses, interfirió en sus quehaceres científicos. 

 

Ha sido y es una constante en la historia, el accionar de numerosos médicos, en especial cuando las epidemias asolaron nuestro país. El Dr. Salvador Mazza fue uno de ellos. Cuando en 1910 se graduó como médico en la Universidad de Buenos Aires, ya se percibía su vocación, profesionalismo y calidad humana. Este hombre de mediana estatura, frente amplia, fuerte temperamento y apasionado por su carrera, había nació el 6 de junio de 1886 en la localidad de Rauch, provincia de Buenos Aires. Siendo estudiante comenzó a especializarse en Bacteriología. Desde entonces se dedicó con tesón a esta rama de la medicina, investigando y divulgando sus conocimientos a través de la docencia, congresos científicos y cuantiosas publicaciones. Su sólida ilustración le posibilitó viajar a Europa. realizó importantes averiguaciones en el Instituto Pasteur de París y en otras importantes sedes de estudios. Luego de distintos viajes de perfeccionamiento se dedicó con fuerza al estudio de patologías regionales, como el Mal de Chagas, endemia que en la zona del Noroeste aún no había sido exterminada. De esta manera surgió el MEPRA (Misión de Estudios de la Patología Regional Argentina), institución considerada un ícono en el historial médico argentino. Radicado en la provincia de Jujuy, instaló un centro de estudios que le permitió conocer pormenorizadamente datos de tal enfermedad. A partir de entonces y con el apoyo de un componente interdisciplinario, sus esfuerzos por extinguir esta epidemia se multiplicaron. Se dice que el Dr. Mazza redescubrió esta dolencia, confirmando lo expuesto por el médico brasileño Carlos das Chagas. El argentino demostró con innumerables pruebas la correspondencia de esta enfermedad con la marginalidad y la indigencia, de tal manera que luchó con energía contra una sociedad que, a veces por ignorancia o por intereses, interfirió en sus quehaceres científicos. Así y todo, con mucha perseverancia consiguió que le concedieran fondos para continuar forjando sus avanzadas ideas. Uno de sus grandes méritos fue recorrer el país en un vagón de ferrocarril, provisto de un consultorio. En un extenso recorrido potenció sus investigaciones, además de orientar a numerosos colegas. También fue el precursor en la producción de la penicilina en Argentina, gracias a su relación con Alexander Fleming.

El Dr. Salvador Mazza falleció el 7 de noviembre de 1946 en México, cuando concurría a un evento científico. Su muerte fue efecto del virus chagásico. Como otros argentinos, todavía hoy su loable obra no ha sido completamente reconocida.

Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor – Magister en Historia