El hecho fue noticia porque varios pasajeros reflejaron en sus cuentas personales de redes sociales, la experiencia que debieron pasar el pasado domingo en el último vuelo del día que unía a Salta con Buenos Aires, cuando el avión debió realizar un aterrizaje de emergencia en Córdoba, debido a que una mujer de 58 años de edad fue diagnosticada a mitad del vuelo por un médico de un posible cuadro de Accidente Cerebro Vascular (ACV), que obviamente necesita urgente atención.
El médico de la noticia nació en San Juan y muchos lo conocen por otra faceta de su vida, la deportiva. Se trata nada menos que de Ezequiel Lillo, quien hasta fines de 2015 supo complementar sus estudios universitarios con las obligaciones de jugar nada menos que en la Primera. Ese año incluso fue goleador en Social San Juan y DIARIO DE CUYO lo entrevistó para que contara cómo se las ingeniaba para complementar las dos actividades y el título fue "Tenés que esforzarte y ser ordenado".
"Cuando arribamos a Aeroparque, me dijeron que el foco neurológico de la mujer manifestaba mejoría".
EZEQUIEL LILLO – Médico cardiólogo
Ezequiel sigue jugando hoy al hockey, pero en el porteño Club Atlético River Plate, mientras integra el cuerpo médico del Hospital Italiano, como cardiólogo. Con su novia, viajó el pasado fin de semana a Salta para asistir al casamiento de unos amigos y en el vuelo de regreso a Buenos Aires, respondió al pedido de un médico que hizo una azafata durante el vuelo.
"Encontré a una paciente que tenía debilidad en todo el lado izquierdo de su cuerpo y las pupilas diferentes entre sí. Era un proceso compatible con un accidente cerebro vascular (ACV), así que la llevamos a la parte posterior de la cabina del piloto para poder asistirla. Como prácticamente no teníamos las herramientas necesarias para afrontar semejante cuadro, le indiqué al piloto que cambiara la ruta porque todavía faltaba una hora para aterrizar en Aeroparque", describió Lillo, que agregó: "Había que confirmar el diagnóstico y que la paciente recibiera el tratamiento adecuado, por eso decidimos con el piloto que lo mejor era aterrizar en el lugar más próximo, que era el aeropuerto de Córdoba".
La comunicación con el aeropuerto fue inmediata y Lillo compartió lo sucedido, por lo que al momento del aterrizaje ya aguardaba en la pista una ambulancia equipada con alta complejidad. "Rápidamente abrimos la puerta del avión, ingresaron con una camilla y la trasladamos a la ambulancia, que inmediatamente partió al hospital", describió el médico.
Lillo resaltó el comportamiento que tuvo en todo momento la tripulación y también los pasajeros, ya que ninguno interfirió en el procedimiento. "Trabajamos en equipo para que todo se hiciera correctamente", completó Lillo, pero como médico, no como hockista.