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El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, condenó públicamente al colegio de Chaco que utiliza la cara de Ernesto "Che" Guevara como escudo y que recientemente izó la bandera de Cuba junto a la Argentina en medio de una acto escolar.

Se trata de la Escuela Pública de Gestión Social N°2 del barrio Emerenciano, en Chaco, que utiliza como estandarte la figura del guerrillero, les impuso a sus alumnos los guardapolvos rojos y rinde homenajes a la dictadura cubana.

"Ernesto Guevara lo único que tiene que ver con la Argentina es que nació en Rosario. En 1964, la Asamblea General de la ONU le preguntó si en Cuba se fusilaba y él contestó: ‘Hemos fusilado, estamos fusilando y seguiremos fusilando’. Estamos hablando del fusilamiento de prisioneros, no de un combate, y esto es un acto criminal, venga de donde venga", analizó Finnochiaro. Y completó: "Una persona que admite que fusila gente es un criminal".

Al titular de la cartera educativa no le preocupó tanto que se haya izado una bandera de Cuba porque es habitual que en los colegios se recuerden efemérides  de otros países y se realicen actos conmemorativos vinculado a distintas comunidades que viven en la Argentina. "Acá lo importante es el contexto: en la escuela además de transmitir conocimientos, formamos ciudadanos democráticos y pluralistas y en esta caso están exaltando un modelo político que reprime al que piensa distinto, que encarcela, que persigue, donde no hay libertad de expresión… Y eso es una dictadura", reflexionó.

"El problema no es la bandera, el problema es el contexto, la bajada de línea… Eso es lo que no hay que hacer. Cualquier adoctrinamiento en las escuelas está mal, provenga de donde provenga", reiteró.

Las Escuelas Públicas de Gestión Social fueron habilitadas por Jorge Capitanich en Chaco. La reglamentación dispone que las organizaciones sociales tiene control absoluto sobre los contenidos que se dictan en esos espacios y los docentes que se contratan. Por ese motivo, el actual gobernador, Domingo Peppo, envió una ley para modificar ese criterio.

"Está mal que el Estado no pueda supervisar, pero en este caso concreto hay una aberración. En la escuela enseñamos a pensar de forma crítica, no le decimos a los chicos qué deben opinar; no los adoctrinamos. Eso hacen los regímenes totalitarios, autoritarios y fascistas".