
El trabajo de los ladrilleros es muy antiguo y en nuestro país la historia indica que desde la época prehispánica se conoce la producción del ladrillo para la edificación de viviendas. Pero fue en 1946 cuando esta labor artesanal y sacrificada pasó a primer plano en los medios periodísticos de todo el país por la histórica huelga denominada de "La Tapada"; que fue convocada por trabajadores ladrilleros organizados, quienes luego de 85 días lograron que la patronal se hiciese cargo de "tapar los adobes en días de lluvia para no perder la paga por mal tiempo". 70 años después, en 2016, se instituyó el 21 de agosto como Día Nacional del Ladrillero Artesanal por la Ley Nº27.299. Aunque por otro motivo, en homenaje a Oscar Robledo, un no vidente productor artesanal de ladrillos en la provincia de Corrientes. Sin embargo, la inmensa mayoría de los dirigentes gremiales del sector en todo el país, considera los sucesos citados y ocurridos bajo la primera presidencia del general Juan Perón, como los significativos para conmemorar cada año.
OCUPACIÓN ESENCIAL
Esta actividad productiva tanto en nuestra provincia como en la de Mendoza, ocupa en la actualidad el cuarto lugar (quinto en algunos momentos, dependiendo de la producción), detrás de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Indudablemente se trata de una ocupación esencial para la construcción, y desde siempre se la ha vinculado a la comunidad boliviana.
En el caso de San Juan se estima en diez mil los trabajadores oriundos la República Plurinacional de Bolivia que trabajan en este sector y que residen principalmente en Capital, Rivadavia, Rawson y Santa Lucía, aunque una importante cantidad de ellos se trasladó a Alto de Sierra, Albardón, Angaco y Chimbas, más allá de que "las zonas más ricas en limos y arcillas están en el Este y Sur de Capital", según el trabajo de investigación "Bolivia en San Juan. Migración, Espacios y Cultura", de la Magíster Rosa del Valle Ferrer, actual secretaria Académica del rectorado de la UNSJ. Pero, los primeros ladrilleros fueron españoles, y a mediados del siglo pasado sólo había aquí dos hornos. Poco a poco se fueron multiplicando, coincidiendo con la llegada de trabajadores bolivianos que reemplazaron a los primeros en medio de la gigantesca demanda por la reconstrucción tras el terremoto de 1944, según la misma investigación de la UNSJ. Pero hoy, la situación de la producción del ladrillo y de los trabajadores no escapa a la crisis del país.
ACTUALIDAD DELICADA
Para el delegado general en San Juan de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra), Juan Pablo Cornejo, "no se está bien en la actualidad porque esta actividad no es rentable, los trabajadores están ganando poco, hay una informalidad muy grande ya que el 90 por ciento de los obreros son eventuales en los hornos. Por ello le cuesta mucho al pequeño hornero, que es la mayoría, darle derechos a ese trabajador, ya que no hay trabajo todo el mes".
La producción local en la actualidad es de 10 millones de ladrillones anuales para abastecer la provincia que tiene una demanda de entre 50 y 60 millones, aunque cada año varía según la evolución de la obra pública o la particular.
Para Cornejo, "esa demanda es imposible cubrir por ser un trabajo totalmente artesanal con un proceso productivo ineficiente en cuanto al quemado, al corte y sobre todo después, en algo que es fundamental, la ineficiente comercialización, porque el pequeño productor no sabe cómo defender su producción".
CON VISIÓN DE FUTURO
Sobre las posibilidades de mejorar la situación, para el delegado sindical sanjuanino "venimos buscando un cambio desde el sindicato y desde el Estado provincial, a partir del comienzo de la gestión de Sergio Uñac y hemos avanzado con su apoyo, pero con problemas en el medio".
Según recordó también, uno de ellos fue la pandemia covid-19 "que hizo estragos en todos los sectores y profundamente en el nuestro, ya que por muchas picardías aumentó el mil por ciento el valor de la leña de un mes para otro y eso a los horneros los afectó totalmente y provocó que cerraran muchos emprendimientos". Paralelamente, se reformó el estatuto para mejorar los derechos de los operarios menos favorecidos, y se logró "hacer desaparecer la trata de personas para esta labor, lo mismo que ya no vemos niños trabajando en los hornos de ladrillos".
Por último, este año se realizó en San Juan el "Encuentro Nacional de Ladrilleros", que inauguró el gobernador Uñac, con la presencia de la autoridad nacional del gremio, Luis Cáceres, y donde se discutieron políticas de desarrollo, en busca de urgentes mejoras para el sector. En esa línea, el subsecretario de Vivienda y Hábitat provincial, Robert Garcés, aseguró que "trabajamos para que les vaya bien a los sanjuaninos y apoyamos el trabajo de los ladrilleros, incluido el parque ladrillero que funcionará en Rivadavia". También está en marcha el proyecto titulado "Mejora y Fortalecimiento del Grupo Productor de Ladrillos de la provincia de San Juan".
- $100 millones para el parque ladrillero
Hace unos días, la secretaria de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación, Marita Benavente, firmó el acuerdo con el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, para la transferencia de $100 millones que serán destinado a poner en marcha el Parque de Producción Social Ladrillero. El complejo funcionará en Rivadavia, en el ámbito del Parque Industrial Tecnológico Ambiental Regional (Pitar), donde los ladrilleros de la provincia podrán concentrar la producción.
Los fondos serán destinados a la concreción de sede administrativa del parque. El edificio contará con un espacio para la formación de los trabajadores, un área de servicios técnicos, área de laboratorio de análisis y desarrollo de nuevos materiales y un centro de comercialización de ladrillos de las cooperativas que se instalen en el lugar.
Según una nota reciente publicada por DIARIO DE CUYO, la intención es que el nuevo parque sirva para atender la demanda de la obra pública en la provincia, fundamentalmente la construcción de barrios, porque desde el sector advierten que ahora las constructoras locales compran en su mayor parte ladrillos en Mendoza.
Con hornos más eficientes y que generen menos contaminación, quieren llegar a producir en el parque ladrillero de Rivadavia unos 800.000 ladrillones por mes que, más los hornos caseros, tendrán la capacidad de atender la demanda provincial, dijo Juan Pablo Cornejo, de la delegación local de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina.
Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista
