
Sus palabras denotan pasión por lo que hace y como los fragmentos que une para crear imágenes, explica los detalles de la obra de su autoría que próximamente ornamentará la pared de ingreso al Centro de Convenciones Guillermo Barrena Guzmán. La sencillez hace olvidar que se trata de Jorge Luis Piña Rosales, mexicano y el mayor exponente latinoamericano del muralismo, quien a través de este magnífico trabajo busca dejar su huella en San Juan.
Financiada a través del Fondo Especial para el Desarrollo de Comunidades del Ministerio de Minería local, la obra también contó de la colaboración de artistas sanjuaninos. “En esta obra está de manifiesto el tema central que es el valor y el esfuerzo humano de la minería, del valor de esta actividad en la vida moderna pero siempre desde las raíces del pensamiento positivo y responsable de los hombres que con su esfuerzo han contribuido a la nación Argentina, así esta obra es para una sociedad en movimiento, es decir para un San Juan en progreso que se transforma día a día en su aquí y en su ahora”, explicó el maestro en cuanto a los aspectos conceptuales del mural.
Es así que en ella convergen la creatividad y la simbología que fue manejada en tres tiempos: El devenir histórico, el presente y la proyección futurista, razón por lo cual entre las representaciones puede apreciarse a un cóndor que sostiene con su garra a próceres como Sarmiento y San Martín. El centro de la obra lo ocupa una mujer que a sus espaldas tiene parte del escudo de San Juan como el Sol y las manos estrechadas. A sus pies emerge la roca y en ella trabajadores mineros con herramientas del presente y las palas de antaño.
En cuanto a la técnica y según el artista mexicano, se trata de material de vidrio en pequeños fragmentos que permiten lograr efectos realistas utilizando la técnica del mosaico invertido, dibujando a gran escala sobre papel, para fragmentarlo posteriormente para su ejecución y su colocación. “Esta técnica mural requiere un dominio absoluto sobre dibujo y desarrollo del color a gran escala para lograr un lenguaje armonioso y sobrio tanto en color como en la composición, para ello realicé un proyecto a escala de lo que sería el mural, este bosquejo pasó luego a la obra pictórica con la técnica al óleo, para entender el contexto general de la obra y así poder realizar el mural”, detalló.
En agosto del año pasado Piña Rosales desembarcó en la provincia para una serie de seminarios en torno a la técnica Musivaria (el arte de crear imágenes acoplando fragmentos de diferentes materiales), y a su vez unas conferencias sobre el Muralismo Mexicano y su impacto en América Latina. Por la convocatoria y la repercusión en el ambiente artístico interesado en la técnica, en este paso por San Juan surgió la idea de dejar su huella a través de una obra de su autoría, la cual tuvo eco en el Ministerio de Minería al momento de realizar gestiones con el gobierno local. La condición fue que de ella también participaran artistas sanjuaninos a quienes el maestro pudiera compartir sus conocimientos.
El artista mexicano estará en nuestras tierras hasta el 28 de marzo, tiempo en el que se espera el mural ya esté montado en el Barrena Guzmán. Al cierre de esta edición iniciaban los primeros pasos y según las proyecciones se espera que la tarea de colocación dure alrededor de 20 días. “Ojalá pueda estar para la presentación oficial, ha sido un honor y una gran experiencia para mí trabajar con los hermanos argentinos y dejar mi huella a través de mi pasión”, cerró el artista.
Sobre el artista y su equipo
Jorge Luis Piña Rosales es en la actualidad el máximo representante latinoamericano en la técnica musivaria. Nacido en Cuernavaca México en 1972, se crió en el seno de una familia de artistas como su padre Manuel Piña Vigueras, quien junto a otros grandes talentos, desarrollaron e hicieron de la técnica del muralismo un medio de expresión. Rufina Rosales, su mamá, otro gran exponente con más de 65 años de experiencia, lo acompañó en esta ocasión en el desarrollo de la obra realizada en San Juan. Todo un lujo. Acompañaron al artista mexicano: Jamile Apara, José Luis Sarmiento, Candelaria Tascheret y Carla Morel con su equipo de mosaicistas. También participaron Jorge Ferrari y Silvia Bustos, de Mendoza.
