Desde hace una semana, la vida de Joaquín De la Torre, de 6 años, es otra. Está aprendiendo a sostener un vaso, a saludar y a jugar con su mano ortopédica. Es que el nene que vive en Media Agua, Sarmiento, y nació con una malformación en su brazo izquierdo, ya usa su nueva prótesis gracias a una donación de una ONG de México. Su mamá, Alejandra Pastrán, comentó que ella y su familia nunca imaginaron que desde tan lejos les podían cambiar la vida.
Joaquín es un niño muy simpático e inquieto. Es alumno del colegio San Antonio de Padua de Media Agua y asiste a primer grado. El nene tiene una malformación en su bracito izquierdo. Su mamá comentó que ellos se enteraron del problema de su hijo cuando nació, pues en las ecografías previas al parto nunca les dijeron que al bebé le faltaba una mano. Sin embargo, eso ya quedó en el pasado para la familia De la Torre. "Ahora estamos felices y queremos compartir nuestra alegría", dijo la mamá de Joaquín cuando fue consultada por este medio.
Alejandra comentó que ellos buscaron por internet muchas veces cómo conseguir una mano para su hijo. En algunas ocasiones trataron de comunicarse con Gino Tubaro, un inventor de Buenos Aires que regala manos ortopédicas a chicos que no las tienen. "Nunca obtuvimos respuesta de Gino hasta que vi en internet a esta gente", dijo la mamá y comentó que de inmediato les escribió. La ONG se llama Dame una Mano, es de México y trabaja junto a un programa que brinda ayuda económica, física y mental a niños que tienen de nacimiento discapacidad en las extremidades. Esta ONG ya ayudó a chicos que ahora hacen deportes y hasta son músicos gracias a su ayuda.
Después de localizar a este grupo solidario la mamá de Joaquín escribió y casi de inmediato tuvo respuestas. "Nos contestaron rápidamente. De inmediato me pidieron mi celular y desde ahí nos contactábamos por Whatsapp", dijo Alejandra y admitió que para ella, desde el día que consiguió el primer contacto con la gente de México sintió mucha ansiedad y miedo. Es que para ellos significó un gran desafío. "Teníamos que mandar las medidas de su brazo y otras cosas más y era todo raro", dijo y agregó que nunca le pidieron ni un peso para la prótesis. Explicó que las personas de la ONG siempre le pedían que para que las medidas fueran exactas debía enviar la cantidad de cuadraditos de una hoja cuadriculada equivalentes a los centímetros que medía, por ejemplo, el brazo de Joaquín. "Yo siempre pensaba que la prótesis podía ser grande o chica, pero la verdad que son unos genios. La medida fue exacta", dijo con una enorme sonrisa Alejandra y comentó que su hijo está feliz de poder usar su nueva mano.
Desde el primer contacto, hasta que le pusieron la prótesis a Joaquín pasaron 3 meses. La familia del nene de Media Agua viajó, por sus propios medios, hasta Buenos Aires, donde dos representantes de Dame una Mano llegaron con prótesis para personas de todas las edades, de diferentes provincias. "Ahora estamos más que felices. Joaquín asiste a clases normalmente y está aprendiendo a usar su mano", dijo su mamá y comentó que ahora anhelan que su hijo siga creciendo con la alegría que lo hizo siempre.