No supo que lo fotografiaron, menos que su imagen iba a aparecer en DIARIO DE CUYO y que terminaría por conmover a los lectores. Gracias a esta trascendencia recibió un regalo inesperado. Se trata de Ulises Agüero, de dos años, que vive con su humilde familia en la zona del Control Fiscal, en pleno desierto caucetero. Su foto fue publicada en la edición impresa de este medio el domingo pasado, en una de las notas sobre la Vuelta a San Juan 2020 que llegó hasta la Difunta Correa. Ulises sale posando junto a una vieja bicicleta, mientras mira detenidamente al pelotón que pasa a toda velocidad por la Ruta 141, sin percatarse de que uno de los fotógrafos de este diario inmortalizó ese instante. Gracias a esto le regalaron una bicicleta 0 km. Fue el diputado nacional Walberto Allende, quien llegó de sorpresa hasta la casa del nene para entregarle el regalo personalmente.
Ulises ama jugar y es muy independiente. A pesar del trastorno de crecimiento y de la anemia que padece, le sobra energía para corretear al lado de la vieja bicicleta por entre el guadal de tierra seca y los yuyos que rodean su casa. No alcanza los pedales, pero igual le divierte manejar este vehículo que un desconocido le donó a su hermana de 4 años cuando pasó por el lugar y la vio jugando con tarros y tierra. Hizo lo mismo cuando recibió la bici nueva. "Esto es increíble. Sabíamos que DIARIO DE CUYO le hizo una foto, pero no pudimos verla publicada. Este regalo realmente es algo inesperado y muy valorado porque con lo que mi marido gana trabajando en el campo nunca nos alcanzaría la plata para comprarle una", dijo María Mariño, la mamá del nene.
Ayer, tal vez presintiendo lo que iba a suceder, Ulises se levantó más temprano que de costumbre y le pidió a su mamá que le llenara un balde con agua para bañarse, tarea que hace sin la ayuda de nadie porque no le gusta que lo toquen. Luego se puso su mejor pantalón y zapatillas, y salió a visitar a sus vecinos como hace habitualmente para jugar con los demás niños. Fue por eso que sus hermanos tuvieron que ir a buscarlo para que recibiera el regalo.
Al principio no quiso ni saludar a los visitantes, pero cambió de actitud cuando vio la flamante bicicleta. Ni bien Allende se la entregó salió corriendo con ella a la par para mostrárselas a su vecinos. Lo hizo con total agilidad, pese a que este nuevo vehículo es más grande que el otro. "Ahora nadie lo va a parar. Es que a él le encanta salir a jugar con los chicos y compartir. A veces le doy una sola galleta porque no hay más y de seguro que le convida la mitad a alguien", dijo su mamá.